En la galería de este piso del Eixample, taburete Cork Family de Vitra, butaca de los dueños y aplique Mini Button de Flos. Obra Lumen 26 de Francisco Suárez, en Víctor Lope Arte Contemporáneo.
Un vínculo muy inusual
Tras la reforma, a lo largo de esta fachada interior de madera se van sucediendo los espacios con un uso más colectivo, y su anchura aparece siempre sobredimensionada para constituirse como ambientes de estar, no solo de paso, mezclando estancias con un uso más definido, como el salón o el comedor, con otros más ambiguos, como el acogedor espacio junto al patio interior. La importancia de este plano de corte/fachada interior se refuerza dotándolo de un principio y un final. En el salón, un “cuadro” de latón y acero inoxidable lo remata. Y hacia la galería, una puerta pivotante de iguales dimensiones recibe los mismos materiales pero, esta vez, cambiados de posición, insinuando una unión inmaterial de estos dos frentes metálicos en cada extremo del piso.
Lo detallan desde Raúl Sánchez Architects. “Más allá de esta puerta pivotante, el frente de madera se cuela en la habitación para indicar que este espacio tiene una etiqueta híbrida, pudiendo ser tanto un dormitorio como una sala de uso común más”. Son varios los elementos que ayudan a seguir generando esa idea de continuidad. Así, todos los espacios comunes aparecen unidos por un mismo pavimento de microcemento blanco, mientras que los suelos de mosaico hidráulico recuperados se disponen en lugares clave para hacer de separadores naturales de ambientes.
El comedor se resuelve en azul y blanco. Mesa Maarten de Viccarbe, sillas All Plastic Chair de Vitra, luminaria de techo Splügen Brau de Flos y, sobre el banco, cojines diseño de Catalina Montaña.
La galería recibe iluminación adicional a través de un bonito patio interior con carpinterías de madera y vidrios tintados.
Al abrir las puertas del panel, la cocina de este piso en el Eixample barcelonés se muestra en un rotundo verde. Encimera de mármol Luminous de Granith, grifo de Vola, electrodomésticos de Smeg, apliques de pared Nabila de Tooy y luminaria de techo Mercer de Marset.
Fantasía multicolor
También el mobiliario juega un papel importante a la hora de definir el estilo de este piso en el Eixample. De ahí que en su interior figuren piezas integradas, diseñadas todas a medida para el proyecto, utilizando unos tonos alejados intencionadamente de los colores de los mosaicos o de la madera, añadiendo contrapuntos cromáticos a un interior mayormente sosegado.
De hecho, la cocina se abre hacia el comedor como un mundo verde rotundo con una banda blanca y amarillenta en el frente de mármol. El baño compartido juega con distintos tonos de verde y amarillo, mate y brillantes, a la vez que los dormitorios se erigen como entornos más calmados, con suelo de madera de roble y apuntes en azul mediante revestimientos de pared o los diseños textiles de Catalina Montaña, confeccionados ad hoc.
En el salón, el frente de madera termina en una estantería resuelta en un delicado verde manzana, el cual en Raúl Sánchez Architects lo han utilizado también en el mueble bajo que va de pared a pared en la zona opuesta del mismo espacio. Ahí justo es donde unas originales aperturas redondas dejan penetrar la luz natural a la zona habilitada como sala de estar y comedor, resuelta en tonos azules y enfrentada a la cocina cuando se abren las puertas. El proyecto y la intención de Sánchez fue, de acuerdo a él, la de dejar en todo momento los espacios algo inacabados, con un sutil carácter incompleto, abriendo así las distintas opciones de ocuparlos y usarlos a corto y largo plazo.