La iluminación juega otro papel vital en la reforma, encastrada o suspendida, pero siempre realzando el valor de los elementos originales o más antiguos.



Can Santacilia conserva su pasado a la vez que incorpora deseos contemporáneos como una zona de spa y hasta un gimnasio.
“Su patio no se conservaba del todo bien pero la estructura que tenía merecía rehabilitarse. Además la fachada guardaba parte de la decoración del XVIII por lo que, pese a que el edificio tuviera una historia de más de 400 años, lo encontramos en gran medida modificado y desvirtuado”, recuerdan desde el estudio. Su primer reto, tal y como desgranan, era el de la responsabilidad histórica, que pasaba por la investigación de las diferentes intervenciones a lo largo del tiempo para descubrir, recuperar y poner en valor los principales elementos y espacios arquitectónicos.
Espacios ajustados al siglo XXI
Para conseguirlo con eficiencia y lograr que el edificio volviera a integrarse en la actividad de Palma, en OHLAB se centraron en actualizar espacios y usos ajustándolos al siglo XXI. Por un lado, se requería un edificio de viviendas modernas, cómodas y con todos los servicios e instalaciones acordes a los de un estilo de vida contemporáneo. Por otro, los arquitectos se encontraron con una estructura compleja y muy compartimentada, difícil de acondicionar, con una fachada y un volumen del XVII protegido, extremadamente rígido y complejo de modificar.

En cada piso se han ingeniado nuevas maneras de distribuir el espacio, como los volúmenes en espejo que además amplifican la sensación visual de amplitud.
Techo abuhardillado y una bañera exenta, todo con alma minimalista, son los protagonistas en un delicioso baño de líneas elegantes.


En las cocinas de este proyecto también se le ha dedicado tiempo a las molduras y escayolas a lo largo de techos y paredes.
La intervención resuelve cada vivienda con una distribución y unas soluciones individualizadas que, a su vez, convierten el edificio entero en un proyecto que basa su singularidad en la recuperación de la esencia histórica del edificio, así como en el compromiso por la contemporaneidad. Se prestó especial atención a los materiales naturales y locales, enfatizando el contexto y la esencia mediterránea, al mismo tiempo que se han restaurado carpinterías, elementos estructurales de piedra y madera, molduras y artesonados, revestimientos de mortero y cal, suelos cerámicos y cerrajería de forja. Junto a estas referencias contrasta una cuidadosa selección de materiales nobles, como piezas de bronce envejecido, piedras de la isla, paños de espejo, detalles porcelánicos y textiles mallorquines de lino y algodón.
Un clásico de la arquitectura de la ciudad
El proyecto recupera el patio de entrada que había quedado desvirtuado en las reformas del último siglo, sacando a relucir el antiguo esplendor de este elemento tan arraigado en la tipología de viviendas nobles del casco antiguo de Palma. Así, el patio se convierte en la entrada principal y corazón del edificio, abriéndose hacia las terrazas ajardinadas y las zonas comunitarias, destacando un gimnasio y una piscina interior con spa. También se le ha dado una nueva vida a un segundo patio interior, esta vez como jardín para uno de los apartamentos y cinco terrazas para diferentes viviendas, desde las que se puede disfrutar la vista sobre las azoteas de la ciudad.

El proyecto de OHLAB le devuelve su antiguo esplendor al clásico patio mallorquín de este edificio.
A pesar de las restricciones constructivas de una reforma histórica en un edificio protegido, el proyecto de OHLAB ha sido diseñado desde el inicio con parámetros de sostenibilidad para aumentar al máximo su eficiencia energética. Porque ya no vale con vivir, ahora más que nunca toca vivir bien y, a ser posible, en armonía y contacto directo con las peculiaridades del entorno.