
El interior de la vivienda proyectada por Rozana Montiel continúa con la madera empleada en el exterior, teniendo en cuenta siempre las vistas privilegiadas.
Por dentro, Casa Encinos emula los desniveles y terrazas del exterior para conectar los espacios de convivencia de forma orgánica.


Esta habitación con literas y pequeñas ventanas circulares (y con reminiscencias a las clásicas cabañas de árbol) ha sido diseñada para los pequeños de la casa.

El diseño propone una estética industrial en todas las áreas comunes, incluida la cocina abierta.
Rozana Montiel ha armado esta cabaña mediante un sistema constructivo de madera laminada certificada.


Desde la perspectiva de la foto se pueden visualizar los volúmenes de madera con azoteas verdes, con las que el proyecto logra mimetizarse casi por completo con la naturaleza.
Los pilares estructurales se han aprovechado para crear espacios abiertos entre los volúmenes de la construcción.

Lo natural es sostenible
La ventilación cruzada y la luz natural propician un microclima que mantiene adentro la temperatura fresca y confortable durante todo el año. Pero no solo eso. El agua de la lluvia se recolecta con un sistema pasivo, posible gracias al diseño hidrológico de la reserva natural El Peñón. A su vez, la energía se genera mediante paneles fotovoltaicos, consiguiendo que esta vivienda sea autosuficiente. “También hay huertos en los que la familia cultiva gran parte de sus alimentos. El proyecto responde a este principio de sostenibilidad, que sin duda replicaremos en nuestros proyectos del futuro”, concluye Montiel.
En esencia, esta casa en medio del bosque en su conjunto convierte el paisaje en una parte fundamental de su arquitectura. Las diferentes estancias (con recorridos y múltiples espacios de estar) se transforman en una fuente de nuevas experiencias, rompiendo con las rutinas cotidianas de la vivienda urbana.
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