Lo explica Francisco Elías, arquitecto responsable de la vivienda. “El muro enfatiza los atardeceres generando un gran espectáculo visual al dramatizar los efectos de luz y sombra. Un poco al estilo de lo que ocurre en la arquitectura de las grandes civilizaciones de la Antigüedad. Como Chichen Itzá, Teotihuacán, Egipto o Uxmal, por mencionar algunos ejemplos”. Pero no solo el muro de hormigón es lo que caracteriza a esta casa en Cancún. Con sus amplias proporciones, lo que también destaca en ella es la fluidez de sus espacios cerrados y abiertos. Los cuales, por cierto, generan una sucesión de conexiones visuales que aumentan la sensación de amplitud espacial.
Abajo las divisiones
De hecho, ese mismo concepto es del que Elías Group partió para optimizar la luz y la ventilación en toda la vivienda. Lográndolo de manera magistral en cada una de sus estancias, incluyendo el hall de acceso, la sala de recepción, un estudio, el comedor y la cocina, las recámaras, un baño con sauna. O hasta un jardín de lectura, un patio de palmeras y árboles frutales, el jacuzzi al aire libre, la cocina de verano o la piscina y el lago.
“La secuencia de espacios está regida por la sorpresa, orquestada por un corredor central que aparece flanqueado por un muro artístico-estructural que parte desde la fachada principal hasta la fachada posterior, donde se ubican la piscina y el lago”, agrega el arquitecto. Este muro, que recorre y articula toda la casa, está inspirado en las perspectivas forzadas del Teatro Olímpico de Palladio para producir efectos de acercamiento o alejamiento.
En la sobriedad está el secreto
Su austeridad es un fondo para el jardín que enmarca el umbral de acceso. Desde la entrada a la vivienda, su recorrido interno, fachadas y vistas generales hablan de una mímesis interpretativa entre la arquitectura geométrica y la generosa vegetación en donde se enclava. Por otro lado, la geometría de esta casa en Cancún varía a medida que uno se adentra en ella. Al estar separada en cuatro bloques, permite que el contexto invada los patios y pasillos exteriores. “En un principio, se presenta con una fachada frontal austera en contraste con la fachada posterior que conduce hacia el lago”, describe el arquitecto.
“Al centro, la casa se descubre en su totalidad”, prosigue. “Se puede acceder a las diferentes habitaciones, y la luz invade el espacio con la apertura de dos patios que responden e integran la vida dentro y fuera. Al sur se provoca la convivencia mientras que al norte, el aislamiento”. Francisco Elías asegura que la precisión del cálculo estructural, a cargo del ingeniero Gerson Huerta, permitió llevar la estructura al límite para generar las aperturas visuales hacia el lago posterior, principal punto del diseño de la casa.
Digna de admirar (y disfrutar)
Según Elías, la iluminación natural generada por el sol es la que ahora gobierna el proyecto en su conjunto. Los imponentes claros estructurales permiten tener grandes fachadas de cristal, que evitan el uso de energía eléctrica hasta ya bien entrada la tarde. “En esta casa en Cancún”, concluye el arquitecto, “la mayor innovación fue lograr la fusión del arte contemporáneo con la arquitectura actual, gracias al diseño e integración de un sistema constructivo-estructural basado en un concreto arquitectónico hecho 100% a medida”.