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Arquitectura e interiorismo: Hiriko Estudio

Practicar el ‘slow living’ en la Rioja Alavesa ya es posible: Casa Lurgorri lo hace realidad

Este pequeño alojamiento rural se ha construido de forma sostenible mediante materiales sencillos y naturales, mínimo impacto medioambiental y un interior a medio camino entre mediterráneo y nórdico. Lo explican sus arquitectos.

Encaramado en lo alto de una colina y rodeado de campos de viñedos en Navaridas, un pueblito en el corazón de la Rioja Alavesa, los arquitectos bilbaínos de Hiriko Estudio han creado Casa Lurgorri (“tierra roja” en euskera), un moderno alojamiento rural y sostenible por lo natural que resulta. “La vivienda preexistente estaba formada por una edificación principal, situada en el centro de la parcela, con una distribución muy fragmentada, y dos pequeñas edificaciones auxiliares a lo largo del lindero norte”, comienzan los autores. Los espacios tenían nula relación con el exterior y el paisaje, escasa calidad constructiva, instalaciones poco eficientes…  Así que decidieron ampliar y redistribuir los espacios, con la intención de generar una planta más abierta.

Con su fachada de corcho proyectado de Soenervi, Casa Lurgorri se alquila únicamente en su totalidad. Ofrece servicios de lavandería, desayuno y catering, cata de vinos, yoga, masajes y alquiler de bicicletas, entre otros. Foto: Biderbost Photo.

En el salón, sofás de piel Outline de Muuto, mesa de centro y cojines de Zara Home, y aplique de Contain. Al fondo, junto a la cocina, taburetes Luco de Martín Azúa para Mobles 114. Foto: Biderbost Photo.

Vista del comedor. Mesa y mueble aparador, ambos de Ethnicraft, con sillas Cross de Takt. Lámparas de suspensión HeadHat Plate de Santa & Cole. Sobre el aparador, lámpara de Les Eines. Foto: Biderbost Photo.

En esencia, en Hiriko unificaron los tres módulos antiguos mediante un nuevo volumen que ahora acoge el comedor y articula la circulación interior. También crearon un espacio principal de estar-cocina y cuatro dormitorios, todos ellos con baño en suite. Según los arquitectos, el espacio exterior fue la piedra angular de Casa Lurgorri. El objetivo era potenciar al máximo la relación entre dentro y fuera. Cambiaron las ventanas por puertas, pavimentaron el perímetro con adoquines de ladrillo (que evocan los tonos rojizos de la tierra local), sustituyeron la valla de la parcela por una más ligera y, en la zona que da a los viñedos, el cierre se redujo a la mínima expresión: una barandilla ultra minimal como si fuera un gran balcón para admirar el paisaje.

Sostenibilidad de alto impacto

En la terraza principal, situada junto al salón y la cocina, instalaron una pérgola en la que resguardarse del sol los días más calurosos del verano, con cocina exterior y barbacoa. Otro de los puntos fuertes era minimizar el uso de agua y de energía, a la vez que había que conseguir los más altos niveles de confort. No pusieron césped por su elevada necesidad de riego y mantenimiento; en su lugar, los arquitectos propusieron “una serie de terrazas pavimentadas y parterres que acogen algunos de los árboles frutales originales de la finca y especies de muy bajo consumo de agua. Como vivaces, lavandas o plantas aromáticas”, apuntan.

Zona exterior con sillas metálicas y tumbonas de iSiMAR, mesa de Ethnicraft y butacas Desert Lounge Chair de Ferm Living. Foto: Biderbost Photo.

La selección de la vegetación se hizo en colaboración con el estudio de paisajismo Local 4. Foto: Biderbost Photo.

En cuanto a las fachadas, no hay revestimientos ni elementos ornamentales. Afloran las texturas de los materiales que componen los muros y un acabado de corcho en tonos tierra, propios de la arquitectura de la zona. “Este revestimiento mejora el aislamiento térmico y uniformiza el conjunto formado por las diferentes edificaciones, dotándolo de una imagen sencilla contrastada por las carpinterías exteriores y las persianas enrollables, ambas de madera”, explican en Hiriko. “Para los acabados interiores, seleccionamos materiales sencillos y honestos que, al mismo tiempo, aportan carácter, priorizando los de producción sostenible”.

Otra vista del cálido comedor que presenta este alojamiento de slow living. Foto: Biderbost Photo.

El diseño de la cocina lo firma Hauka con madera de roble recuperada, encimeras de terrazo de Huguet y grifo dorado de Icónico, lámparas de suspensión HeadHat Bowl de Santa & Cole y, de pared, aplique 265 de Paolo Rizzatto para Flos. Foto: Biderbost Photo.

Las paredes se trabajaron con mortero de cal de Studio 77 Bio y el suelo es un terrazo continuo de Pavindus. La estufa es de Jøtul. Foto: Biderbost Photo.

Calidez norteña

En los suelos aplicaron un revestimiento de terrazo continúo hecho de áridos reciclados, en las paredes un mortero de cal, los techos se pintaron con pintura al silicato (para evitar componentes químicos) y las encimeras en baños y cocina se eligieron de terrazo. La madera es la encargada de aportar calidez a Casa Lurgorri, una de las características principales de la vivienda. Está en las carpinterías exteriores, en las puertas y en casi todos los muebles. Estos últimos son de líneas simples, naturales y sobrios.

Lo cuentan los arquitectos. “El mobiliario tiene una materialidad propia del entorno rural, como la cocina de roble recuperado diseño de Hauka, los sofás de cuero de Muuto o las lámparas de Contain y Santa & Cole”. También se instaló geotermia. Para ello, se realizó un sondeo a más de 100 metros de profundidad en el jardín, que en invierno capta el calor interno de la tierra y lo emite a través del suelo radiante de la vivienda. Durante los meses de verano el ciclo se invierte, permitiendo refrescar la casa, con un consumo prácticamente nulo y evitando la sequedad del ambiente. Este sistema se complementa con placas fotovoltaicas en la cubierta para autoabastecerse de electricidad.

Uno de los dormitorios con cabecero de madera a medida, apliques Arum Swivel de Ferm Living y ropa de cama de dE.LENZO. Foto: Biderbost Photo.

Todos los baños del complejo siguen la misma línea, incluyendo lavabos de terrazo de Huguet, revestimientos cerámicos de Matter Barcelona, griferías de Icónico y apliques de Contain. Foto: Biderbost Photo.

Así es la honesta barbacoa que presenta Casa Lurgorri a lo largo de su parcela. Foto: Inma Fiuza.

Vista de los espacios exteriores, desde donde los huéspedes pueden recolectar los troncos para activar la estufa durante los meses de otoño e invierno. Foto: Inma Fiuza.

Retiro ad hoc

De cara a minimizar el impacto medioambiental de la piscina y no usar cloro, altamente contaminante y muy agresivo con la piel, en Hiriko escogieron un sistema de electrólisis salina que, además, permite mantener limpia el agua todo el año sin necesidad de vaciarla periódicamente. Para el vaso de la piscina se usó chukum, un revestimiento continuo, basado en antiguas técnicas mayas, que utiliza la resina del árbol del mismo nombre. El color beige da al agua un tono turquesa que invita a darse un chapuzón. En definitiva, Casa Lurgorri se erige como un lugar que tanto en su construcción como en su decoración es respetuoso, honesto y cuidado, diseñado y pensado por arquitectos y propietarios para descansar, disfrutar y, especialmente, bajar el ritmo.

En el centro de la imagen, Casa Lurgorri rodeada de viñedos. Foto: Inma Fiuza.

Perspectiva de Casa Lurgorri con su porche acompañado por apliques Plaff-on! de Marset. Foto: Biderbost Photo.