
Ático en Amberes proyectado por el belga Vincent Van Duysen, un contenedor preciso y minimalista construido con Mortex (Foto: Mark Seelen). En portada, el dúplex en Madrid que reformó Iker Ochotorena de OOAA, con mezclas de cal que aplican con sus artesanos (Foto: David Zarzoso).
En Casa Palerm del estudio mallorquín Ohlab hay enfoscados de cal con cemento y picadis de marés. En el salón comedor se utiliza el mismo de la fachada para enfatizar la conexión con el exterior. Foto: José Hevia.


Erre Arquitectura planteó la Clínica Alejandría de Valencia con el mortero de arcilla Everest de Ecoclay, «que en combinación con la madera de nogal conforma una materialidad sincera, cercana y táctil», explican desde el despacho. Foto: David Zarzoso.
El dormitorio de 10 AM Penthouse, en Atenas, de Studio Andrew Trotter, Gavalas Ioannidou y Eva Papadaki, con acabado de yeso y pintura de cal Mykonos de Bauwerk Colour. Foto: Salva López.

En las obras de ambos los muros lucen siempre suntuosamente rugosos. La amenaza se ha cumplido, las paredes hablan, y enfoscadas de cal tradicional, acabadas a la arena, revestidas de arcilla e incluso de cemento sin pulir, su discurso coincide punto por punto con el del arquitecto belga. En los últimos años cada vez ven la luz más proyectos concebidos con estos revestimientos, desligados ya por fin de las etiquetas vacacional y mediterránea.
“Creo que son un producto fantástico para todos los climas. La cal y la arcilla son inteligentes, reaccionan en cada lugar de manera diferente a la humedad y condiciones térmicas. Se usan en Bélgica desde hace cientos de años y también en el Mediterráneo. Cada vez se están recuperando más las técnicas, y la nueva generación de productos de ambas hace que sea mucho más fácil aplicarlas”, explica el arquitecto Manuel Villanueva de Moredesign, un estudio balear que usa este tipo de acabados prácticamente en todos sus proyectos. “Son materiales que fijan la misma cantidad de CO2 que el que se usa para fabricarlos, se pueden elaborar en pequeña escala, en cualquier lugar, y combinarlos con otros compuestos para dotarlos de mayor aguante. Transpiran bien, y están en continua reacción, cada año son mejores, más fuertes”, añade Villanueva.

Salón de una casa de Moredesign en Baleares con paredes y muebles con dos capas de cal de diferente grosor y pintura también a la cal. Foto: Christophe Rihet.
Ciszak Dalmas fueron pioneros en aplicar arcilla (Arcibase de Naturclay) en la tienda Malababa de Serrano, en Madrid. Una mezcla de arcilla gallega, polvo de mármol blanco de Almería y aglutinantes alimenticios naturales, ecológicos y no tóxicos. Foto: Asier Rúa.

La arcilla es sin duda el menos usual de ver en paredes, pero desde hace pocos años se está convirtiendo en la favorita de los profesionales. En España, Ecoclay, empresa familiar con 50 años de experiencia, es la mejor posicionada. “Transpira, neutraliza los olores, es un eficaz aislante y absorbente acústico, presenta una elevada inercia térmica, haciendo las estancias más frescas en verano y más cálidas en invierno. No emite compuestos orgánicos volátiles y está cargada de iones negativos, lo que purifica el aire de forma saludable”, cuenta su CEO, Blanca Sabater.
Más allá han ido muchas firmas de diseño, que se atreven a usarla para muebles, como componente estructural o revestimiento. La ucraniana Faina destaca. “Esculpimos a mano con ella los frentes de nuestras cómodas de madera y texturizamos las patas de nuestras mesas. Es también un componente esencial de nuestro material sostenible Ztista, que mezclamos con papel, heno y virutas de madera. Todos los productos se fabrican artesanalmente en Ucrania, incluso ahora, en tiempos de guerra”, explica Victoria Yakusha, su diseñadora y arquitecta, que también la utiliza en los espacios que proyecta. “En Ucrania tenemos una larga tradición de trabajo con la arcilla. Para mí, es energía, capaz de influir en el estado de ánimo, y además aporta calidez y sensualidad en la forma y lugar que esté”.

Silla Ztista de arcilla de Faina.
La marca ucraniana ha resuelto en arcilla negra su mesita Korotun.


Lámpara Soniah, también de la firma Faina.

Old Hut es una instalación en Kiev de Yakusha Design con muebles de su marca Faina. Las paredes están acabadas con polvo de piedra caliza y las mesas revestidas de arcilla. Foto: Vova Klever.