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Simon convierte su antigua fábrica de Barcelona en una renovada sede retrofuturista

Fotografía: Rafael Vargas

La espectacular escalera helicoidal revestida en acero inoxidable da la bienvenida a un edificio diseñado para transformar la cultura corporativa de este gigante de la iluminación.

El calendario marcaba el año 2011 cuando Simon bajó la persiana de su fábrica en Barcelona, ubicada en el barrio tecnológico de Poblenou. Pero el complejo no iba a cerrar para siempre, sino que en realidad se trataba de una profunda transformación que iba a llevarse a cabo a lo largo de su estructura. Hoy, en 2023, los vecinos han vuelto a sentir actividad entre unas paredes que llevaban doce años en silencio. El ritmo se ha retomado ahora con un proyecto integral de arquitectura, interiorismo e iluminación que ha transformado el edificio original de Agustí Borrell Sensat en Switch, la innovadora sede corporativa global de esta firma en la capital catalana.

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El interior, diseñado por Katty Schiebeck, apuesta por las curvas y los tonos cálidos que contrastan con la crudeza y el racionalismo de la estructura.

La sede del futuro

Eficiencia energética, innovación tecnológica y bienestar de los empleados son los ejes con los que se ha diseñado este edificio inteligente en el barrio más puntero de la Ciudad Condal. Aunque para saltar de una fábrica levantada en 1958 a un espacio de trabajo del siglo XXI ha sido necesaria la colaboración entre b720 Arquitectos, Katty Schiebeck studio, Estudi Toni Arola y MMAS lighting. Respetando la fachada original de Borrell en chaflán, se ha creado un espacio de trabajo con alma doméstica y que mantiene el espíritu fabril del lugar. Es un hub que centraliza toda la actividad de Simon, desde el diseño de los prototipos hasta la venta de los mismos pasando por su producción y revisión. 

Por fuera, el edificio mantiene y respeta la fachada original de 1958 que seguirá siendo un símbolo por muchos años más. “La mejor manera de minimizar el impacto de una construcción es que sea durable. La decisión de rehabilitar es en sí misma una opción sostenible”, explica Fermín Vázquez de b720 Arquitectos, encargado del proyecto de rehabilitación. El estudio no solo quiere que Switch sea un emblema de “transformación urbana y de preservación de la memoria industrial”, sino que con una planificación de plantas abiertas y la apuesta por la interacción y el trabajo colaborativo, Simon da un giro de 360 grados a su ADN.

La fábrica fue diseñada originalmente por el arquitecto Agustí Borrell Sensat. Foto: Sancho.

Una gran escalera da la bienvenida a los visitantes. Foto: Iker Oroz.

La interiorista ha cubierto la escalera de planchas de acero inoxidable, enfatizando así su cuerpo y figura. Foto: Iker Oroz.

Replantearse la oficina

Difuminar, diluir, desdibujar… Son palabras que vienen a la mente al pasear por los pasillos de la sede de Simon. Mientras que la planta baja está exclusivamente reservada al showroom diseñado por Antoni Arola y al visitante, en la primera el consumidor y el trabajador se mezclan y entrelazan de manera completamente natural. A la vez, el propio puesto de trabajo es una realidad flexible y dinámica sujeta a una reserva digital diaria a través de una app. En la planta superior, la cantina, la terraza y la gran escalinata dibujan espacios de convivencia, conversación y relax para los trabajadores. 

En la planta superior, la cantina, la terraza y la amplia escalinata crean espacios sociales para los empleados.

Mientras que el exterior del edificio es hijo del racionalismo y la funcionalidad más pura, el interior esconde la curva, la calidez y el bienestar de un hogar en el puesto de trabajo. Bajo la batuta de Katty Schiebeck, una espectacular escalera helicoidal vestida con las mejores galas de acero inoxidable invita a descubrir qué sucede en este templo de la iluminación. “Cada vez hay más gente que usa la escalera y menos el ascensor, creo que es el momento de volver a dar a las escaleras la presencia y el valor simbólico que siempre tuvieron”, cuenta la interiorista. En las oficinas, la madera, los tonos calmados y los toques Mid Century dotan al espacio de una atmósfera más doméstica, acentuada gracias al trabajo de iluminación de Michela Mezzavilla y MMAS Lighting.

Katty Schiebeck ha buscado dotar al espacio de una atmósfera doméstica, aportando confort y el bienestar.

Catalizador del cambio cultural

En un edificio donde la interacción entre compañeros y la flexibilidad espacial son la base de su florecimiento, Simon se ha decidido a dar un paso de gigante en las relaciones entre compañeros. Tanto la directiva como el resto de empleados deben reservar su puesto de trabajo cada mañana, así como una plaza de aparcamiento si la necesitan. El menú diario también se reserva mediante una app, y la apertura de los espacios habla de transparencia y colaboración. Con todo ello, la relación entre sujetos logra ser mucho más horizontal y homogénea.

La colaboración entre los cuatro agentes involucrados ha logrado que Simon hable a través de su propio edificio. Una rehabilitación histórica dentro de un barrio que ha vivido una transformación igual, y que además ha logrado hacerse con las certificaciones de más alto nivel como el sello LEED Platino o el Platinum de WELL. Sin duda, una oficina donde toda Barcelona se querrá sentar.

A lo largo de la sede se generan espacios de reuniones transparentes, en línea con la cultura corporativa de la empresa.

El interiorismo bebe del Mid Century y de la tecnología más actual.

La sede estrena un patio lleno de vegetación y diseñado por Antoni Arola, donde se expondrá la colección de exterior de la marca.

La oficina cuenta con un suelo enmoquetado para absorber el ruido y facilitar el trabajo en el espacio.