Para Pau esta aventura empezó en la pandemia, un momento en el que “artistas de todo el mundo sintieron la necesidad de encontrar nuevas formas de exponer sus obras”, explica. “Fue entonces cuando decidí embarcarme en un proyecto emocionante: crear exposiciones en espacios únicos, alejándome del enfoque convencional de las galerías tradicionales”. De esta manera, Casa Estudio Granados cuenta a día de hoy con dos espacios. Uno en l’Eixample de Barcelona (València, 210) y otro, en una de las zonas más privilegiadas de la ciudad de Maó en Menorca (José María Cuadrado, 41). Pero, además, a las dos galerías se les va a unir pronto una tercera en Parlavà, el Empordà.
Paredes con historia
La galería menorquina de Pau Escat no es una cualquiera: salta a la vista viendo las fotos del local. Sus techos altos con grandes ventanales esconden historias de la antigua fábrica de abarcas tradicionales que se encontraba en el lugar hace décadas, con pequeñas notas y mensajes que todavía se pueden leer por sus paredes. En comparación con la galería de la capital catalana, de acuerdo a su dueño, “la sede menorquina sigue un enfoque diferente y más transgresor. Al fin y al cabo, es un espacio rompedor que presenta un concepto audaz”.
Ahora mismo sus paredes demuestran tal audacia, y lo hacen con una muestra que invita a dejarse llevar. Las piezas de Let It Bleed quieren transmitir una poderosa sensación de libertad y provocar una respuesta visceral en quienes las visitan. Pau lo describe como “un intento de transportar al espectador hacia un estado de locura creativa, donde la pintura y los materiales fluyen sin restricciones”. Para ello, la exposición muestra un gran abanico de estilos, técnicas y perspectivas de la mano de ocho artistas escogidos cuidadosamente: Hannes Schauer, Melanie Berman, Beñat Olaberria, Gabriela Meunie, Iñaki Moreno, Tycjan Knut, Dana James y, claro está, el mismo Pau Escat.
El espacio es una antigua fábrica de abarcas, y Pau ha dejado la huella de su historia en las paredes.
Un viaje revelador
Las obras que Pau ha creado para Let It Bleed no podrían haber sido posibles sin un viaje que hizo a Nepal. En el poblado de Thumka vio que la naturaleza seguía su propio curso sin que nadie interviniera en ella. Esa experiencia le enseñó una valiosa lección: “La naturaleza y las personas están intrínsecamente unidas por un mismo espíritu”. Desde entonces, la obra de Pau profundiza aún más en lo abstracto, y busca constantemente “esa profunda conexión con el entorno al dejar que los materiales fluyan libremente sobre las telas de algodón y lino que encontré durante mi viaje”, expresa el artista.
Este viaje hacia la libertad se puede sentir de primera mano en la galería durante todo agosto a lo largo de cada obra, cada artista y cada pincelada que, por si fuera poco, aquí cuenta una historia distinta. Nada más llegar a la sede menorquina de Casa Estudio Granados, los espectadores sentirán, profundizarán y explorarán los límites de su imaginación de una manera única, o al menos diferente a como lo habían hecho hasta el momento. Eso es lo mágico del arte, y a la vez lo que ha conseguido magistralmente Pau Escat en Let It Bleed. Sin duda, una explosión de libertad colectiva y personal.