SUSCRÍBETE

~ Versión Print

Así es el proyecto New Coherency de Atelier Caracas.

¿La clave de Atelier Caracas? Reunir a Pikachu, Gae Aulenti, Michael Jordan y el incendio de Weimar en diseños dignos del Salone de Milán

Julio Kowalenko y Rodrigo Armas se oponen a la incertidumbre social y a la monotonía en el diseño con las que se criaron. Sus muebles y espacios están forrados de un sarcasmo poco complaciente y muy bien traído. No es activismo, lo suyo se llama rebeldía.

Al igual que les ocurre a muchos arquitectos al principio, el proyecto en el que empezaron a trabajar juntos Julio Kowalenko y Rodrigo Armas, dos venezolanos amigos de la universidad, jamás llegó a construirse. “Era una casa. Hubo problemas, la comunidad se quejó… la historia de nunca acabar típica de la arquitectura”, ríen. Lo bueno era que ambos vieron que el engranaje funcionaba cuando reunían las locuras de uno y el rigor técnico del otro, y eso les llevó a montar Atelier Caracas en el momento en que el gobierno de Nicolás Maduro se convirtió en pesadilla. Corría 2015 y, según ellos, la decisión de quedarse en el país resultaba casi suicida.

Julio Kowalenko (izda.) y Rodrigo Armas junto a su Credenza, un aparador chapado de abedul báltico de la colección Gardenia que ha dado visibilidad internacional a su estudio, Atelier Caracas. En portada, una imagen de su proyecto New Coherency en el que el dúo construye una nueva arquitectura con objetos del día a día, de juguetes a enseres de limpieza.

Butaca de la colección Home Office de Atelier Caracas con tapicerías de Kvadrat.

“Optamos por jugarlo a nuestro favor. Acá apenas había estudios y mucho menos que fueran jóvenes y experimentales, por no hablar del estancamiento que ha sufrido la arquitectura del país en los últimos treinta años. Todo es complaciente y se busca resolver algo que funcione y sea estéticamente placentero, no ven un más allá”. De ahí que el panorama lo revirtieran en una oportunidad para cuestionar el statu quo, algo evidente en sus proyectos arquitectónicos o de diseño que alternan con soltura: un spa en Caracas que recrea el futuro, al que han bautizado con retranca 2020: A Spa Odyssey, o su colección Gardenia con la que abordan desde la nostalgia el movimiento kitsch que emergió con la inmigración de mediados del XX.

El proyecto más reciente del despacho venezolano consiste en un centro de servicio al cliente de Ferrari en Caracas.

2020: A Spa Odissey, uno de los proyectos estrella de Atelier Caracas. Se trata de un spa urbano en la capital venezolana que simula ser una cabina espacial.

Así es Fun Maze, el centro infantil para rehabilitación y terapia sensorial que diseñaron en Caracas Julio Kowalenko y Rodrigo Armas.

Sarcasmo entre líneas

Españoles, portugueses y, sobre todo, italianos se metieron en la industria local del mueble complicándola con molduras, tornerías y cornisas palladianas. “Comenzaron a hacer piezas bastante ingenuas y de mala calidad que les recordaban a Europa y se reprodujeron en masa”, explican. “Por ende llegaron a todas las casas”. Eran elementos como una mesa de hierro forjado, que en 2020 Atelier Caracas versionó en formato de comedor y de apoyo, dejando ya ver cuál era su intención. “Nos interesa hacer productos high-end de cosas que no necesariamente lo sean y ver qué pasa cuando los colocas al lado de un diseño de Mario Bellini”. 

Lo que pasa es que sale a flote la ironía, evidente en Radical Semantics: nueve sillas-emoji para las que han juntado de manera aparentemente incoherente decenas de referencias populares y elitistas, de forma que el asiento de la explosión (inspirada entre otras muchas cosas en el momento en que Alessandro Mendini prendió fuego a su silla Lassu) resulta universal porque todos hemos utilizado ese símbolo en WhatsApp para expresar que algo o alguien lo ha petado

El aparador Credenza de Atelier Caracas se manufactura a mano en Estados Unidos.

Detalle de las sillas de la colección Radical Semantics.

Su clientela tiene

Esta colección de asientos la diseñaron en 2021 en menos de una semana para la feria Untitled Art de Miami produciendo cada pieza con unos 600 dólares. Pero, ¿quién decide comprar esto para su casa? Kowalenko y Armas describen su target mencionando al propietario de uno de los primeros apartamentos que desarrollaron: “Era un abogado y cónsul de Eslovaquia aquí en Venezuela, de las personas más correctas que hay en el planeta. No solo le encajó nuestro estilo sino que le hicimos la obra más radical que hemos hecho hasta el momento, y quedó fascinadísimo”.

Una de las piezas del proyecto de investigación New Coherency de este dúo venezolano.

Para retratar su mesita Pantry, el despacho acudió a la Villa Planchart de Gio Ponti.

En New Coherency, Atelier Caracas plantea una mezcla de referencias que fusiona lo pop y mundano con lo elitista.