Ascención del 13, de la diseñadora Angela Damman. Las lámparas-esculturas las elabora artesanalmente en hierro y fibra cruda de henequén.
Rescatando el legado femenino
“Hace un tiempo me tocó hacer una revisión histórica del diseño mexicano en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, y ahí me di cuenta de que había una enorme cantidad de mujeres que no estaban en los registros históricos. Muy poca gente conocía su trabajo, incluso apenas existían fotos de ellas. ¿Cuál es la razón?”, se pregunta Ana Elena Mallet. A raíz de su estudio, ella fue quien les dedicó a las diseñadoras una exposición en el Museo Franz Mayer junto a Pilar Obeso, diseñadora textil y de moda.
Ambas buscaron los perfiles y les otorgaron total protagonismo, mostrándolas como rara vez antes se había hecho. Como alguien más que la pareja, musa o acompañante del artista. Pero la exposición, abierta al público en Madrid hasta febrero, va más allá. “Queremos replantear lo que significa el diseño femenino, ya que históricamente se ha asociado a las pequeñas industrias, a lo textil, a la cerámica y a la joyería, a lo místico y delicado, pero no se limita a eso. Las mujeres también diseñan cosas tangibles y prácticas como edificios, materiales o grandes piezas utilitarias y de decoración”, destaca la comisaria mexicana.
México al completo
Quien hoy acuda a ver la muestra en la Fundación Casa de México en España se encontrará con diferentes vertientes del diseño del país azteca. Desde lo hecho a mano, pasando por la producción de biomateriales, hasta la producción en serie de piezas de decoración y mobiliario, de moda, y hasta de literatura e ilustración. “Aquí también se muestran trabajos de mujeres indígenas, a las que comúnmente se les llama artesanas pero que han sido relegadas fuera de la disciplina del diseño profesional”, puntualiza Mallet. “En países como México, el diseño y la artesanía tienen una raíz en común, aunque por cuestiones políticas y sociales se separaron en algún momento del siglo XX. Ahora hay que poner a las piezas a jugar en la misma plataforma, y dignificar la profesión”.
Cosa que se ha logrado a la perfección. Se ve y se nota en las más de 140 piezas provenientes de 13 estados de México, a lo largo de esta exposición que se divide en siete núcleos. Hay una sección que habla de la colaboración, otra analiza la tradición. También está la parte que aborda los nuevos medios y materiales, o la que analiza el salto de lo local a lo internacional. En la muestra, a su vez, no fallan los binomios ni tampoco, claro está, una afilada perspectiva de género que engloba a más de 70 diseñadoras, entre las que destaca Adriana Díaz de Cossío, Ana Ramírez González, Margarita Cantú, Perla Valtierra, Frida Escobedo o Marcela Calderón Bony.
Tiras de bolsas de plástico, enganchadas a una estructura de fibra de agave, forman la figura de una nadadora a cargo de Aurora Pellizzi.
Los floreros de bioplástico teñidos con flores muertas, de Montserrat Piña Benetts, es una de las obras que pueden verse en la muestra de la Fundación Casa de México en España.
En pro de la visibilidad
La muestra Diseño en femenino. México contemporáneo ha llegado a España como parte de una serie de exposiciones que conmemoran el quinto aniversario de la Fundación Casa de México en España. Pero esta muestra, por el momento, es de las que más repercusión ha alcanzado. “En México, la disciplina del diseño es apenas una práctica formalizada en el siglo XX, por eso es importante reivindicar, documentar y revisar el trabajo creado por mujeres que han apostado por hacer del diseño su modo de vida. Porque esto ayuda a visibilizar el trabajo de las mujeres no sólo de México”, concluye Mallet, “sino del mundo entero”.