
Retrato de Jean Prouvé con su familia. Foto: SCE Jean Prouvé.
El taburete Métallique es una de las piezas inéditas que muestra la exposición en España. Foto: Vitra.

Pero el color fue sin duda una de las mayores herencias que le dejó su padre a Jean Prouvé. Y pese a que él nunca aprobó los barnices y jamás pintaba sobre las vetas de madera, para el acero desarrolló una gama de tonalidades propias de cara a tratar un material que se corroía con facilidad. “Con esa paleta él partió de varias referencias. Su Blé Vert evocaba el color del trigo joven y el Gris Vermeer, los tonos grises de la obra del pintor holandés Johannes Vermeer. Mientras que el Bleu Marcoule, pese a lo que se cree, nunca llegó a ser de su propia gama. Era el de un importante cliente que le pedía muebles con frecuencia”, concreta Liv Buur.

Pantone de Prouvé en su fábrica-atelier en 1951. Foto: Cortesía de la familia Prouvé (Centre Pompidou).
Sobre el legado Prouvé
Largo y tendido se ha hablado de la serie de contribuciones del francés a la historia del diseño del XX. La muestra de Vitra, en cambio, enfatiza un detalle muy específico y crucial. “Siempre estuvo informado de lo que ocurría en la escena internacional. Y aunque se interesó por los polímeros y los nuevos materiales de la época, jamás dejó de lado los de origen local como la madera de roble y la chapa de acero”. La design manager lo dice porque Jean Prouvé era herrero de formación. Trabaja por ensayo y error y sondeó las posibilidades estructurales del acero.
“Supo exactamente cómo tratar sus puntos fuertes y débiles. De hecho, en varios de los diseños de la muestra se puede reconocer un llamativo perfil de chapa que recuerda a un ala de avión y que demuestra hasta qué punto Jean Prouvé era capaz de desarrollar una idea de ingeniería para resolver un problema de diseño”, concluye Liv Buur. “Ese, creo, para mí fue uno de sus mayores logros en vida”.

En la muestra del francés, butaca Fauteuil de Salon con tela del color Gris Vermeer inspirado en una pintura de Johannes Vermeer. Foto: Noel Puig.
Perfiles de chapa de Jean Prouvé, una labor de pura ingeniería. Foto: Nuel Puig.


La butaca Cité fue uno de los diseños que planteó Prouvé para el concurso de residencias de estudiantes universitarios en Nancy. Foto: Álvaro Tomé.