Así me lo dijo Julie de Halleux, directora y fundadora de la feria, con una copa de vino de pequeña producción en aquel templo del arte: “Lisboa va a ser la nueva California”. Sin ser un paralelismo literal, es cierto que hay muchas ramas creativas y artesanías que se han quedado fuera de la globalización en Portugal, y esa autenticidad es la que ha llevado a un número creciente de extranjeros a asentarse en la capital lusa.
Envoltorio ideal
Los 19 participantes están conformados por artistas, artesanos, estudios y galerías de arte que han expuesto su obra en el palacio lisboeta de Gomes Freire. El edificio, de influencia neoclásica, fue construido en 1878 en unos terrenos adquiridos a la Corona portuguesa. La elección del palacete como sede es deliberada, ya que Julie De Halleux quería transmitir una sensación hogareña que ayude a los visitantes a imaginarse las piezas expuestas en sus propias casas. Aunque todos ellos trabajen desde Portugal y con artesanos o materiales nacionales, muchos de los participantes provienen originalmente de distintos países, aportando una diversidad que se respiraba por todos los rincones.
La fórmula perfecta
Solo en este contexto se puede entender el clima de mezcla de influencias que se vive en Lisboa, donde gente de mente abierta e influencias internacionales confluye con una tradición artesana rica y excelente. Luis de Oliveira, cofundador de De La Espada, y Coral Rivera, Director of Business Development & Sales Manager de la marca, describen lo que se ha sentido en Lisbon By Design de la mejor manera. “Lo que hemos visto en Lisboa en los dos últimos años ha sido el florecimiento de la intersección entre diseño, artesanía y arte. La influencia del exterior, combinada con los muchos artesanos que siguen trabajando en Portugal y con los creativos que ya trabajaban en la ciudad, ha creado algo que podríamos llamar una sensación en el aire, una vibración”.
Pieza de Oficina Marques realizada con cerámica. Los temas principales de su obra son el mar, el monte, la fe y la misma Lisboa.
Lámpara, cerámica, alfombras y tapicería de Fantasque, marca donde Lucie Schweitzer plasma su mundo de fantasía.
La firma portuguesa De La Espada es sponsor tanto de la feria como de la Lisbon Design Week, y son los primeros en admitir que históricamente han dado la espalda a su propio país buscando alianzas y amigos en el exterior. Por suerte, se han dado cuenta del potencial que hay entre sus fronteras y en los últimos años han trabajado con distintas firmas compatriotas como Fabricaal, Toino Abel, Sela Lusitana o Viúva Lamego. Esa conexión entre creativos y artesanos es justo lo que Julie quiere conseguir con Lisbon By Design. “El objetivo de la feria es dar a los participantes la oportunidad de colaborar en nuevos proyectos a futuro, así que cada espacio es una escenografía y ayuda a que el espectador se imagine cómo se puede llegar a usar el producto”.
Artesanía y positividad
Quien haya tenido la oportunidad de visitar la feria se habrá dado cuenta de que el color, la tapicería y la cerámica han sido los claros protagonistas. Portugal es un país con gran tradición textil, y algunas de sus técnicas son de lo más exquisitas. Por ejemplo, la del bordado que trabaja Defio Rugs es tan especial que celebran workshops para enseñar la habilidad y garantizar que no se pierda ese know-how. Fabricaal, por su parte, también nace por la motivación de salvar una fábrica que estaba condenada a la desaparición. Pero el color ha sido el verdadero estímulo de la feria: “En un ambiente económico tan complicado como este, creo que la gente necesita autenticidad, volver a sus raíces. Necesitamos color y alegría”, cree Julie.
¿Los favoritos? Sin duda la galería Analora acaparó todas las miradas con las tres esculturas de Vanessa Barragão presidiendo la escalinata central. La artista crea obras a base de desechos y sobras de fábricas portuguesas. La mezcla de materiales y técnicas hace que las piezas parezcan crecer y expandirse por la pared como si de un gigante hongo se tratase, dotando al espacio de una asombrosa monumentalidad.
La colaboración como fundamento
Tampoco puede caer en el olvido el espacio creado en conjunto entre Laura Vitorino Rebelo, Martinho Pita Studio y Vasco Fragoso Mendes. Es la instalación que mejor representa el colorido, la positividad y el sentimiento de colaboración de la feria. Por su lado, Tosco Studio, Vago Ceramics y Carolina Vaz Studio también unieron fuerzas e ideas para imaginar un todo conjunto que engloba piezas de cerámica, arte textil y mobiliario, bajo un mismo concepto y por tres artistas distintas. En definitiva, toda la feria fue y seguirá siendo el símbolo de una ciudad que abre sus alas mirando al mundo entero, a la confluencia de ideas y al contagio entre culturas desde su propia autenticidad.