
El escarabajo Eupholus en rosa se interpreta en este joyero de la colección Insecta.
Retrato del diseñador Alejandro Tapias.


Pieza inspirada en el escarabajo Picasso.
La técnica de talla en madera y enchape en chaquiras es mundialmente conocida como un producto de la artesanía indígena de la comunidad Kamëntsá, ubicada en el Valle de Sibundoy en el departamento del Putumayo, en la frontera sur de Colombia. Sin embargo, su uso tradicional se suele ver aplicado a máscaras y bancos ceremoniales. Por su lado, Alta Estudio es una práctica de diseño enfocada al desarrollo de luminarias, muebles y accesorios con un alto componente artesanal. Su fundador lo amplía: “Con cada colección busco explorar y encontrar alguna conexión con una nueva técnica representativa de la cultura ancestral colombiana”. Y lo hace en su casa-taller en Bogotá, desde donde ensambla las piezas hechas a mano al 100%, una a una, por los 22 artesanos de comunidades como las de Timbiquí, Usiacurí o Tenjo con los que este colombino también colabora.

Otra de las piezas de Insecta cuyo cuerpo imita las texturas del insecto Steraspis.
La colección contempla una gama de cucharas esculturales con más motivos referentes a la naturaleza.


La colorida piel de los insectos Rosenbergia se emula en este jarrón de Alejandro Tapias.
El insecto Pachycoris Torridus se caracteriza por un polimorfismo el cual también se interpreta en los accesorios de Insecta.

Para la colección Insecta, dice él, hubo que cambiar el trascurso habitual de sus series y colecciones, ya que el desarrollo de las piezas se hizo de forma remota debido a las restricciones en la movilidad a causa de la pandemia. “Nos comunicábamos por teléfono, yo les enviaba los diseños con la disposición y gama cromática de cada chaquira y ellos se encargaban de interpretarlos en las piezas físicas. Fue un reto, pero dio grandes frutos y de ahí surgió una generosa y respetuosa relación entre diseñador y artesano”, añade Tapias.
De cuarenta y cinco mil a sesenta mil chaquiras se necesitan para lograr el efecto óptico de cada una de estas piezas, que hoy cuentan con un aproximado de treinta y dos patrones de donde escoger. Piezas que, como su creador las describe, pertenecen al mundo del lujo artesanal gracias a su gran trabajo de innovación y mano de obra, para el que han hecho falta, según concluye el diseñador, casi tres años de esfuerzo y compromiso en conjunto.

Piezas que simulan el Catoxantha Opulenta, también conocido como el escarabajo joya verde.
Entre los joyeros de la colección figura este inspirado en el insecto Chrysosilpha Formosa.


El escarabajo Zographus Regalise tiene su representación particular en Insecta.