
Javier Reyes es la mente creativa del estudio Rrres, asentado en Oaxaca de Juárez. Foto: Manuel Zúñiga.
Las piezas del dominicano reproducen motivos milenarios del centro de México.

Su proyecto, de hecho, nace con una serie de alfombras fabricadas en Oaxaca utilizando patrones ancestrales de la zona. Primero investigó los diseños más comunes y buscó sus orígenes para luego dar con los artesanos de la comunidad zapoteca, con los que poco a poco ha ido armando a mano su propuesta textil que presenta modernas piezas en ediciones limitadas (en lana, arcilla, algodón y hoja de palma) inspirados en la cosmovisión indígena. “Quería colaborar con comunidades que aún no estaban funcionando. El propósito del diseño es mejorar la vida de las personas de alguna manera. En mi caso, no es el producto final lo que mejora la vida de alguien sino el proceso”, explica: “Trabajo con personas que se esfuerzan mucho pero que, simplemente, no han tenido la oportunidad o el acceso para poder vivir de lo suyo”.
Hasta ahora, claro, porque Reyes sigue cocreando a fecha de hoy con los mismos artesanos desde que emprendió Rrres. “Lo hermoso es que hemos construido una relación estrecha: saben que no voy y les encargo algunas piezas y desaparezco. Es una colaboración a largo plazo, nos apoyamos mutuamente”, concluye. En el barrio de Jalatlaco en Oaxaca de Juárez es donde el dominicano decidió albergar su estudio y en donde habitan sus obras mágicas, plenas de color, patrones y texturas. Las piezas de textil tejidas con lana teñida a mano cuelgan de los muros y cubren los pisos, sus brillantes geometrías simulan palmeras, cactáceas o matorrales del desierto. Esculturas de formas orgánicas y hechas de hojas de palma tejidas se erigen junto a jarrones de barro crudo, que varían de tono, desde tierra natural hasta rojo quemado y negro carbón, dependiendo de cómo se haya trabajado la arcilla.

Así es la colección al completo de este estudio mexicano que siempre recurre a cuatro materiales clave: lana, arcilla, algodón y hoja de palma.
Son piezas que ahora muchas están a la venta en la tienda del MoMA de Nueva York, y en el gran showroom que Reyes ha abierto hace pocos meses en Portland, Estados Unidos, a donde ha acercado ya no solo la filosofía detrás de su diseño. También el concepto que se esconde en el nombre del proyecto, que en realidad es una palabra catalana. Res significa nada, y es la forma con la que el dominicano subraya que no le importan las etiquetas ni las marcas. Lo cual no es una pose. Cualquiera que visite el perfil en Instagram de su proyecto se dará cuenta de que, en la mayoría de posts, los productos artesanales van acompañados de los nombres y apellidos de quien los ha hecho, de nuevo, para otorgarles el crédito y reconocimiento que se merecen.

Familia es el título que recibe esta serie de esculturas-jarrón en hoja de palma, tejidas por los artesanos Blanca y Alejandro Cortez (junto con el resto de su familia) para Rrres.
Además de en el espacio de Oaxaca, las piezas de Rrres pueden verse (y comprarse) en su showroom de Portland, Estados Unidos.
