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Lámpara Mercurio creada por el despacho mexicano Siete Studio.

Las siluetas esculturales y un diseño totémico se convierten en el sello de Siete Studio

Fotografía: Siete Studio

Aunque de origen mexicano, unas raíces que bien se reflejan en las piezas creadas por este innovador despacho, la filosofía por la que apuestan sus tres fundadores ha logrado traspasar fronteras tanto geográficas como conceptuales.

Cómo concebir ambientes únicos mediante lo formal? Esta y otras ideas son las que se cuestionan constantemente los fundadores de Siete Studio con base en México y Australia. Conformado por el director creativo Gerardo Córdova, la comisaria Alexa Fernández y Diego Escobedo, director de finanzas, producción y operaciones, el estudio se origina a partir de la fusión interdisciplinaria de sus creativos, quienes buscan concebir y redefinir el diseño escultórico y espacial a través de la materialidad, la geometría y, claro está, la experiencia.

Las sillas Tótem forman parte de una colección de piezas hechas de nogal sólido e inspiradas en la arquitectura y geometría prehispánica de México. En portada, la lámpara de mesa Mercurio (Foto: Marijose Pacheco Meléndez / Dirección Creativa: Renata Bricio).

Gerardo Córdova, Alexa Fernández y Diego Escobedo, fundadores de Siete Studio. Foto: Marijose Pacheco Meléndez (Dirección Creativa: Renata Bricio).

El número siete ha sido considerado un dígito mágico o sagrado en muchas culturas a lo largo de la historia, teniendo un simbolismo importante en diferentes disciplinas, como en la astronomía, la literatura, el arte, la ciencia y, por supuesto, la matemática. “El siete es un símbolo que refleja nuestra esencia como estudio creativo. Se trata de un número polisémico cuyo significado varía dependiendo de su contexto e interpretación, y es precisamente esa versatilidad lo que lo convierte en una fuente de inspiración para nosotros”, comenta Gerardo Córdova. “Además, el número siete es estético, atractivo, simple, dinámico y balanceado”, agrega Alexa.

La conexión sí importa

Tales adjetivos también son los que cobran sentido cuando se observan las piezas de Siete Studio al detalle, por ejemplo Mercurio, Tótem, Candela, Saturno o Fragua. Son diseños en los que el trío busca romper paradigmas gracias a un concepto al que llaman “diseño espacial y escultórico”, el cual se basa en generar un vínculo directo entre las piezas que crean, el usuario y el espacio arquitectónico. “Nos esforzamos por desarrollar piezas estéticas y funcionales que realcen un espacio para provocar experiencias significativas”, apunta Diego Escobedo. 

Mientras que la lámpara Candela juega a lo multifuncional, pudiéndose colgar en el techo o recargar en la pared, el sofá Nube plantea un juego visual de perspectiva, capaz de percibirse como una estructura rígida y suave al mismo tiempo. Sus dimensiones están basadas en el floor-level lifestyle de los 70. Foto: Da Estudio.

La lámpara Mercurio la diseñó Siete Studio partiendo de una forma geométrica equilibrada y con apariencia simplista. La base hace referencia a elementos totémicos y se eleva para llegar a la esfera de vidrio soplado a mano, simulando el planeta Mercurio. Foto: Marijose Pacheco Meléndez (Dirección Creativa: Renata Bricio).

La colección Fragua presenta una serie de piezas experimentales y escultóricas brutalistas con un enfoque minimalista.

En esencia, se trata de mobiliario y accesorios que capturan el legado cultural e histórico de la sociedad y apuestan por la longevidad. Y lo hacen, por si fuera poco, partiendo de la madera, el acero, la resina o el vidrio. “Nuestros objetos narran una historia no sólo por el diseño, el concepto o la geometría, sino por cómo están hechos. Nuestro propósito es crear objetos que tengan una vida más larga que las nuestras por medio de materiales naturalmente resistentes, que aporten un valor único a lo largo de su envejecimiento”, señalan los fundadores de Siete Studio.

Artesanía muy de hoy

Todo el trabajo del despacho, por cierto, está hecho a mano por artesanos mexicanos de diferentes regiones, formando un equipo que se especializa en distintas técnicas y contribuye al estudio a través de su cultura artesanal. “En aquello que hacemos existen constantes referencias al sitio del que venimos. México es un país lleno de contraste y libertad, una apertura sin igual de ideas y un terreno fértil para la experimentación, la innovación y la expresión creativa”, defienden.

Y así es. Los diseños de Siete Studio, completamente modernos, cuentan con líneas impolutas, siluetas esculturales y una estética despojada de adornos táctiles y sensuales. “Para nosotros no existen límites pragmáticos o un orden específico a la hora de crear. Dejamos que nuestro instinto sea el autor principal de nuestras colecciones”, comentan Gerardo, Alexa y Diego, subrayando que sus objetos buscan ser mínimos e intrincados. Por ejemplo, en Awakening for a New Odyssey, su primera colección inspirada en los tonos, texturas, formas y sonidos que figuran en el espacio, los tres exploran y experimentan la escultura estética y funcional.

Más detalles de la línea Fragua ideada por Siete Studio

La silla Fragua, de acero inoxidable, se inspira en un estudio sobre la relación entre la tierra y el fuego.

Hecha a mano con nogal, la consola Tótem de Siete Studio hace referencia a la relación entre la cultura y la naturaleza.

Manifiesto multidisciplinar

Pese a lo descrito, la labor de Siete Studio no se limita únicamente al diseño de mobiliario. A su vez exploran áreas como la arquitectura, el interiorismo, la museografía y proyectos exclusivos. Por ahora están trabajando en un estudio sobre el comportamiento de la luz y su relación con las cualidades de materiales traslúcidos, lo que se traducirá próximamente en una serie de piezas de resina de edición limitada. “Siete Studio”, según concluye Alexa Fernández, “es más un concepto y un sentimiento que una estética per se. Es, ante todo, lo que queremos evocar”.

Así es el sofá modular Nude de Siete Studio.

Con una pantalla de vidrio soplado a mano, la lámpara Saturno dispone de una base de acero inoxidable que hace referencia a los siete anillos que giran alrededor del planeta homónimo.