Quintana Partners tuvo que diseñar todo desde cero para conseguir la atmósfera art déco. Lámparas de techo vintage de latón y cristal de murano.
La elegancia del pasado
“El piano en el centro de la sala ha sido clave para lograr esa sensación de club nocturno cálido y de una fiesta más clásica, lejos de las discotecas de hoy en día”, cuentan desde Quintana Partners. El local era antes un banco de los años 70 así que, como era de esperar, los interioristas han tenido que crear de cero toda la atmósfera art déco a un nivel de detalle que, viéndola ahora, parece haber estado siempre ahí. Las cortinas, los espejos, las molduras de las paredes, el suelo enmoquetado o las doradas lámparas crean un conjunto elegante que logra no caer en lo kitsch, sino que descubre un ambiente refinado y exquisito a la altura de los platos que se sirven en Allegra.
Ilusión fantasmagórica
Al entrar en el restaurante, es inevitable percibir una ligera sensación de fantasía y de surrealismo. Al fondo del local, por ejemplo, se puede llegar a una zona completamente distinta al resto donde el rojo y las fotografías de Fede Delibes transportan al comensal a un cuento de magia e ilusión. De hecho, los diseñadores se inspiraron en un libro de castillos ingleses para este pequeño rincón, donde las miradas de los retratados en las paredes parecen escuchar con atención todas las conversaciones de la sala. La moqueta con estampado de jirafa, diseñada por Quintana Partners, y el rojo que lo invade todo, terminan por hacer de este espacio el más encantado y clandestino del restaurante.
En esencia, Allegra es un lugar para disfrutar de clásicos hits romanos como el Spicy Rigatoni Vodka, Zucchini Fritti, Alcachofa a la Romana, Ravioli de Ricotta o Espinaca con Mantequilla y Salvia, de la mano del chef Luca Mazzini. Quintana Partners no ha querido caer en el tópico del restaurante italiano, sino que los autores han representado el Madrid que acoge a Allegra. Aunque, si uno presta atención, observará que tampoco han perdido la oportunidad de homenajear a su tierra, la Costa Brava y a Salvador Dalí, mediante los tradicionales porrones de colores colocados bajo la barra del bar.
La colaboración entre Grupo Isabella’s y Quintana Partners ha logrado recrear una atmósfera cautivadora, donde cada detalle ha sido cuidadosamente diseñado para evocar una sensación de nostalgia y elegancia. Solo hace falta el vestido Delphos de Fortuny ajustado a la cintura, un complemento llamativo y un zapato de tacón bajo para poder bailar al ritmo del piano tras la cena. En definitiva, Allegra es un oasis para aquellos que anhelan revivir la elegancia atemporal de antaño y disfrutar de una experiencia gastronómica inolvidable.