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Fotografía: El Buen Ojo
Interiorismo: Susana Garavito x Basalto Studio

Este apartamento en Bogotá se reduce a su mínima expresión con piezas ‘Made in Colombia’

El diseño fluido y ecléctico del piso en la capital del país latinoamericano establece un ritmo sosegado en cada una de sus estancias abiertas y diáfanas, con una gran apuesta por el tacto, la vista y el balance de lo intangible.

Discrepando de su diseño original, en donde espacios compartimentados y diminutos conformaban la totalidad de este apartamento en Bogotá, la arquitecta colombiana Susana Garavito al mando del estudio Basalto y su clienta hicieron borrón y cuenta nueva cuando se embarcaron en la renovación de los 128 metros cuadrados del proyecto, titulado Casa Savine. Lo hicieron, además, con un objetivo que no ha variado lo más mínimo con el paso de los meses. “Desde un principio la propuesta estaba centrada en la simplicidad, en dejarlo todo a la mínima expresión aunque sin dejar de lado una sofisticación sutil. Utilizamos texturas y colores limpios que sostuvieran un espacio abierto y fluido”, comenta la arquitecta.

En la estancia más grande de la casa, la mesa del comedor sirve de división entre el salón y la cocina.

Este apartamento en Bogotá cuenta con su propio mini despacho en un rincón del salón.

Es por lo que Garavito, desde el principio, tomó la decisión de levantar los techos (los originales eran especialmente bajos) dejando los casetones expuestos, además de abrir por completo la cocina, el comedor y la sala para convertir los tres espacios en una sola área. Así fueron las principales medidas con las que la autora consiguió darle un giro a la propuesta de diseño del apartamento en Bogotá, tiñéndolo de unos interiores que tanto en forma como en contenido resultan mucho más actuales y contemporáneos. Sin embargo, tal decisión fue una consecuencia del planteamiento que había detrás de la propuesta global de Garavito.

Con regularidad, a la hora de comenzar una opción de diseño se parte de la espacialidad, pero en Casa Savine todo empezó por la elección de los acabados y del diseño de la iluminación. Aspectos que se comunican entre sí, de forma funcional e imperceptible. “Por ejemplo, por un lado, la selección y ubicación de las lámparas que sobresalen del techo se propusieron con el fin de resaltar los casetones, el arte y los suelos en espina de pez. Por otro, la iluminación de las paredes pretendía enmarcar la entrada del piso, generando de esta forma un ritmo nada más entrar en él, y resaltar los cuadros, las texturas y colores propuestos entre una pared y otra”, añade Susana desde Bogotá: “La iluminación del apartamento se ubicó principalmente en los baños, ya que lejos de dejar estos espacios a un lado se buscaba integrarlos incluso desde su exterior para, así, darles su protagonismo”.

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El salón viene acompañado de su propia biblioteca, que a la vez incluye chimenea de obra.

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Detalles de la cocina de este diáfano apartamento en Bogotá.

La isla de la cocina conduce al baño principal de la casa, decorado con los murales de Mónica Mesa.

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Interiores con la máxima personalización

La arquitecta comparte más detalles al respecto: “Enfrentarse a un proyecto que busca diferenciarse y en el que, además, había un cliente abierto a todas nuestras propuestas y sugerencias, fue sin duda una gran experiencia. Abrió la posibilidad de experimentar con murales de Mónica Mesa en lugar de tapizar las paredes con papel de colgadura. Nos permitió diseñar lámparas y luminarias hechas a mano, crear espacios ocultos y añadir detalles en espacios inusuales dentro de lo que en realidad sigue siendo un apartamento bastante convencional en Bogotá”.

En el momento de adentrarse en el proceso de selección de los objetos y el mobiliario, en el proyecto había un punto a favor: Susana no solo plantea, crea y produce piezas, sino que es una gran fan del diseño Made in Colombia. “Casa Savine está decorada en su totalidad con muebles y accesorios del país. Es una mezcla panorámica que garantiza la funcionalidad entre las propuestas de diseño de marcas como Zientte, Basalto (la del estudio de Susana), Diamantina y la Perla, Marcela Cure, Folies, Zett y Lid, entre otros”, concluye la arquitecta, dando un último dato sobre el piso en Bogotá: “La intervención del espacio, tanto desde lo arquitectónico como desde el punto de vista del interiorismo, aspiraba a apelar a los sentidos. La selección de mobiliario, iluminación y acabados se enfocó en crear espacios delicados, pero sobre todo acogedores y atemporales”. O dicho de otro modo, rincones para sentirse en paz con uno mismo.

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Las molduras del salón-comedor continúan presentes en el dormitorio de matrimonio de este apartamento en la capital colombiana.

Igual que el baño principal, el aseo de la casa se remata con las pinturas de Mónica Mesa.

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