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Fotografía: KlunderBie
Interiorismo: Jaime Hayón

Surrealismo y diversión en Art’otel, el nuevo hotel en Londres de Jaime Hayón

La rehabilitada central eléctrica London Battersea Power Station abre las puertas a un hotel en el que su autor, el diseñador e interiorista madrileño, fusiona arte y piezas de mobiliario a todo color. 

Un molde atípico necesita un diseñador de su misma naturaleza. Quizás por eso llamaron a Hayon Studio para plantear el interior del nuevo Art’otel en la antigua central eléctrica London Battersea Power Station al sur de la capital inglesa. “Quise crear un viaje para los huéspedes y traer una experiencia completamente nueva a la hostelería londinense, una que combine el confort con una nueva visión de la creatividad contemporánea. Ha sido un verdadero honor trabajar en este proyecto”, declara el interiorista.

Art’otel es un grupo de hoteles que apuesta por el valor del arte y del diseño, y cada uno de ellos tiene una personalidad única. Esta vez, para el de la London Battersea Power Station han contado con uno de los interioristas españoles de mayor renombre, Jaime Hayón. Conocido por desdibujar las fronteras entre arte, diseño y decoración, ese esfuerzo por salirse de lo preestablecido es lo que más admira de él Boris Ivesha, presidente de PPHE Hotel Group: “Hayón es un artista apasionante y aclamado internacionalmente, cuyos diseños se salen del molde típico y reflejan la energía distintiva de la marca Art’otel».

Escultura The Dreamer que preside el hall principal del hotel Art’otel

Todo el mobiliario del hotel ha sido diseñado por Hayon Studio.

Un enclave icónico

Ubicado en un edificio de gran valor histórico y arquitectónico, el trabajo de Jaime Hayón hace del hotel un lugar único en la ciudad. La obra se bate entre el surrealismo lúdico y el lujo consciente, y el huésped recién llegado se adentra en un universo de magia y color que podría pertenecer a la imaginación del pintor René Magritte. El madrileño ha dejado su marca en todos los rincones del Art’otel, desde las suites hasta el restaurante, inspirado en la historia y el patrimonio de la central eléctrica que lo acoge.

Mostrador de facturación con espejo y lacado en verde azulado. 

En la pared del hall, una obra de KlunderBie basada en la historia y la cultura de Inglaterra.

La primera impresión

“Hacer el check-in es lo más aburrido que hay”, sostiene el interiorista. Por eso, en el vestíbulo da la bienvenida a los clientes The Dreamer, una escultura juguetona y de un amarillo vibrante que avisa lo que les aguarda: la experiencia a partir de ahí va a ser, como ella, inesperada. Ante un acogedor revestimiento de madera que cubre casi toda la pared, el mostrador de facturación lacado en verde azulado revela la mano de Hayón con ese diseño curvo tan característico de su obra. 

Quizás lo más llamativo del vestíbulo sea el encantador gabinete de curiosidades que lo preside, lleno de elementos seleccionados por el artista y compuesto por piezas como jarrones, cerámica u objetos de vidrio. Además, varios cuadros de KlunderBie visten las paredes con guiños a la cultura e historia británica. “Para mí, es una manera de dar un poco de amor a los huéspedes que llegan al hotel”, comenta el interiorista.

A la izquierda, el gabinete rojo lleno de elementos elegidos por Jaime Hayón. 

Mobiliario de Hayon Studio y cuadro de KlunderBie. 

Curva y color

En las habitaciones, el mobiliario y las obras de arte de Hayón componen espacios alegres y vanguardistas, en llamativos tonos pastel que no buscan más que alejarse de la seriedad y sobriedad. Asimismo, la curva y los círculos están presentes en todo el proyecto, desde las puertas de los armarios hasta los reposabrazos de las butacas pasando por las mesillas de noche. Cada rincón del complejo, por mínimo que sea, comparte una curva que es un actor más en la diversión del diseñador.

Uno de los dormitorios, con cabezal, mesilla, lámpara y espejo diseñados por Hayon Studio. 

El uso del color en el interior ha sido una de las claves del diseño.

Finalmente, como última parada, en el restaurante del hotel Tozi Grand Cafe sigue el entretenimiento. El espacio circular es también la galería de arte de este edificio, la cual cuenta con unos preciosos tapices diseñados por el mismo Hayón que se hicieron a medida en los Países Bajos. Aquí los tonos se oscurecen y el ambiente pasa a transmitir más elegancia y exquisitez, bajo la atenta mirada de una escultura colgante que recuerda que el hotel, ante todo, es justo eso, una pieza de arte viva. 

En el restaurante, tapices fabricados en Países Bajos.

Colgando del techo, una escultura que evoca el arte de Alexander Calder. 

Barra del restaurante, inundada en tonalidades rojas.