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Fotografía: Manolo Yllera
Interiorismo: Gabriel Hendifar

Gabriel Hendifar ha poblado de sofisticación y tintes orientales su piso en el centro de Nueva York

El fundador de Apparatus vive en el edificio que Herzog & de Meuron y John Pawson firmaron al sur de Manhattan, y que este iraní ha personalizado con la elegancia por la que hoy se le conoce a nivel internacional. 

Cuando Gabriel Hendifar, director artístico del estudio Apparatus, se mudó a este apartamento en el sur de Manhattan, no daba crédito a lo que veía (y experimentaba). “Mi casa previa era un loft prácticamente en bruto y necesitaba probar algo diferente. Es lo que tiene de especial esta ciudad, los interiores tan extremos en los que puedes vivir y cómo ellos transforman tu manera de ver y apreciar Nueva York”, cuenta. Su nuevo hogar está ubicado en el icónico edificio 40 Bond levantado por Herzog & de Meuron en 2006 en el chic NoHo. Sus escasos 130 metros cuadrados están distribuidos en enfilade, todos comunicados linealmente, como un enorme vagón de tren, con ventanales abiertos a la ciudad. En él se suceden un salón, un comedor, un dormitorio, una pequeña cocina y un baño. El piso se ha convertido, además, en un laboratorio de ideas en el que Hendifar pone a prueba las lámparas (su punto fuerte), mesas o asientos que él mismo crea (o le crean) para su marca.

Entrada a la casa. En portada, el salón con sofá a medida con tapicería de Pierre Frey, mesitas de mármol y latón de Apparatus con portavelas de bronce de los 70, y manta y lámparas de techo Tassel, también de la editora del dueño. Bordado japonés en Sutter Antiques, sobre un pedestal, escultura Bound Puck (2021) de Peter Brooke-Ball y alfombra Somali Panther Loop Pile de Stark Carpet.

El director creativo y fundador de Apparatus, Gabriel Hendifar, en el comedor de su vivienda en Nueva York.

“Es el test definitivo, la mejor manera de comprobar si los diseños funcionan. Así puedo saber si me siguen gustando después de un tiempo o qué cosas fallan. Aprendo mucho cuando convivo con mis piezas”, diserta. El creativo iraní, que vive solo desde su ruptura en 2020 con su exsocio y pareja, Jeremy Anderson (“solo estuvimos en este apartamento juntos seis meses”), cuenta que el mayor reto al que se enfrentó a la hora de rehabilitarlo fue no distorsionar la idea inicial del arquitecto John Pawson, que había diseñado los interiores. 

Manteniendo el caparazón

“Lo más maravilloso de su trabajo aquí es cómo remató las superficies, la forma en la que la pared se encuentra con el suelo, la manera en la que el techo parece flotar alejándose de las líneas verticales. Hay una pureza en su enfoque que me fascina. Fue realmente emocionante para mí introducir una mirada más suave y seductora en su caparazón perfectamente resuelto. Pawson es un genio, para mí no hay duda”. 

El comedor de Gabriel Hendifar cuenta con mesa diseñada por él, igual que las sillas Episode, las lámparas Signal X y la banqueta de terciopelo. Alfombra Montgomery de Stark Carpet y jarrón chino antiguo de bronce, en Naga Antiques.

Una pared de espejos separa este comedor del salón.

Otra perspectiva del comedor. En la pared lacada en un rojo profundo y dramático, óleo Two Sweet Rolls (1979) de Larry Collins.

Gabriel Hendifar conservó, pues, la estructura original, pero añadiendo sus propios guiños decorativos. Renovó los suelos para resaltar la calidez de la madera y todos los paneles de las paredes se esmaltaron a mano para crear una profundidad que recuerda a uno de los materiales estrella de sus diseños: el pergamino. El cristal, las transparencias y los reflejos también juegan un buen papel. “Los espejos son herramientas muy poderosas, tanto para multiplicar y expandir como para darte la capacidad de verte a ti mismo, de apreciar en tiempo real tu vida”, señala. Por otro lado, confiesa, le gusta cualquier materia agradable al tacto y que invite a interactuar. Como el latón, el mármol, el cuero, el aluminio y los textiles, que ha usado profusamente en su apartamento. 

Diseñada para abrazar el hedonismo

“Aquí vivo, trabajo, me relajo, invito a gente… Puedo cambiar fácilmente de chip y de rol y eso es lo que hace que me sienta en casa”. La profundidad y la sensación de abierto-cerrado son otra de las claves del interiorismo, igual que su conexión con el exterior a través de las ventanas de suelo a techo tan neoyorquinas, que recuerdan a los escaparates de la Quinta Avenida. “Quería construir un lugar acogedor, seductor, relajante y sexy, una combinación de masculino y femenino, un reflejo de cómo quiero verme y cómo espero que me vean otras personas. Esa es la magia y el poder de los lugares en los que pasamos tanto tiempo. Porque, al igual que nuestra ropa, dicen mucho sobre quiénes queremos ser”, remata.

El dormitorio de Gabriel Hendifar aparece abierto al salón. Y es que, de hecho, todas las habitaciones de su vivienda neoyorquina se comunican por los dos lados. Lámpara Reprise de Apparatus.

Baño diseñado por el estudio Apparatus con busto de mármol, en Sutter Antiques.

Y lo ha conseguido en parte a través de los colores, que van del crudo al verde, del naranja al bronce y del beige al marrón. Con algún toque más atrevido como el estampado de la alfombra del salón. “El arte es también esencial en este espacio. Es 154 MNR la capa más externa que nos define como seres humanos, la belleza gracias a la que pensamos y sentimos”. Gabriel Hendifar, de hecho, concibe sus colecciones bajo los supuestos del Gesamtkunstwerk, como obras de arte totales relacionadas entre sí. “Los objetos son accesorios de la experiencia humana y están hechos para enriquecer nuestras vidas. Mi objetivo es hacer cosas que dejen una huella emocional”, aclara. 

Herencia inamovible

Sus diseños para Apparatus, firma que fundó en 2012, con galerías en Manhattan y Los Ángeles, están también muy influenciados por sus raíces y su identidad. “Soy una persona queer, de piel oscura, hijo de inmigrantes iraníes que se vieron obligados a abandonar su hogar y su país y creo que gran parte de mi trabajo y de cómo vivo trata de compensar la falta de una conexión tangible y material con mi pasado. Concibo espacios bellos como un medio para sentirme seguro y anclado”. Parece que en su reciente pero muy vivido hogar ha conseguido esa mezcla híbrida, esa sensación de fluidez entre opuestos (una tela japonesa, un jarrón chino) que funciona. Y algo de paz. “Me encanta sentarme en el sofá de la sala de estar, con la luz que entra, mirando las calles de Nueva York”. 

Más detalles de la habitación en la que descansa el fundador de Apparatus.

De nuevo en el dormitorio de Gabriel Hendifar, cabecero de latón de diseño propio y mesita de mármol y aluminio Standby de Apparatus, silla vintage y, en la pared entelada con Hepburn de Zak + Fox, collage Horsehair Man (2021) de Liam Pitts.