
Desde la entrada al salón ya se aprecia el trabajo por recuperar la esencia de la vivienda original. Con techos altos, molduras, el blanco como color principal y suelos de roble.
La entrada a la casa de Blume Studio la define esta cómoda francesa antigua de madera de Mestizo. La misma boutique de la que proviene la lámpara con pantalla de latón. O el grabado antiguo y las peanas blancas con jarrones de cerámica. El coral sobre la cómoda y la butaca de rizo son de Decolab.

Pequeños grandes descubrimientos
El proceso de demolición se ha hecho con el máximo cuidado protegiendo todo lo mencionado. Desde Blume Studio dicen que fue un momento especial para recordar, y por un motivo en concreto. “A medida que íbamos demoliendo techos (había falsos en casi toda la vivienda), nos íbamos encontrando sorpresas como todas las molduras que hemos dejado descubiertas en el salón”, concretan. Ahora, la casa del barrio Salamanca cuenta con un total de tres metros de altura, al estilo de las viviendas señoriales de antaño.
A pesar de ello, añaden, hubo elementos imposibles de mantener como la tarima existente de pino antiguo. “Primero, porque la distribución de la vivienda cambiaba considerablemente. Pero también porque estaba muy deteriorada. Confiamos en la casa Allwood para que suministrara e instalase su tarima maciza en roble americano con dibujo en punta Hungría y fajas perimetrales”.
Personalidad y carácter no faltan
En paralelo, en Blume Studio escogieron materiales nobles que sin duda dotan al proyecto de gran esencia. Lo cual se ve en el roble de las librerías del salón o la piedra, clara protagonista en los baños. En el caso del baño principal se apostó además por un Calacatta Viola tanto en embocaduras de puertas como en encimeras, combinándolo con un mármol Ambarino en el suelo. Los otros baños se plantearon con diseños distintos con un denominador común, las encimeras en mármol de Carrara.

En el baño de los niños, con paredes de Azulejos Nais e hidráulicos en el suelo de Yanyare. Encimera de mármol Carrara, mueble lacado diseño de la arquitecta, griferías de Tres y espejo de Taller de las Indias.
El baño principal viene con puertas de hierro y cristal y mueble de madera, dos diseños obra de Paula Barcala. La encimera es de mármol Calacatta Viola. Las griferías, de Tres. Y el suelo, de mármol Ambarino perlado y pulido.


Dentro del baño de invitados, los hidráulicos de Yanyare se conjugan con el mueble diseño de la fundadora de Blume Studio. Encimera de mármol de Carrara, grifería de Tres, espejo de El Corte Inglés. Así como un taburete de madera de Mestizo y toallas de Zara Home.
“En un punto donde coincidimos con los clientes desde el inicio fue en crear un proyecto de iluminación que pusiera en valor los detalles que tenía la casa inicial”, informan. Y de ahí que ahora se resalten con puntos indirectos los acabados, las texturas de las molduras y los materiales. El resultado son espacios amplios y luminosos con un punto teatral que hace la vivienda aún más especial. En Blume Studio también cuentan que la cocina, abierta al comedor, fue una de las áreas que más tiempo llevó diseñar. Precisamente, por encontrarse en una zona de paso y también por las necesidades de los propietarios, además del plus estético que se quería dar en cada detalle. Con madera y mucho blanco, techos ultra cuidados y una gran mesa de comedor.

En la cocina y comedor, mesa de madera francesa antigua (y fruteros de cerámica) de Rue Vintage 74. Sillas y cuadro de Tristán Domecq Casa y taburete de madera de Mestizo.
De la mano de las baldosas de Francisco Segarra y las molduras y cuarterones del techo de Madrid Forest, la cocina está equipada con mobiliario y grifería de Kiese, encimera de Lapitec y horno de Miele. El taburete, la tabla de madera antigua (sobre la encimera) y la orza son de Mestizo. Mientras que los jarrones de cerámica provienen de Tristán Domecq Casa.

Una distribución muy bien aprovechada
Tras un proceso minucioso, la distribución resulta perfecta, empezando por la entrada cuyo amplio recibidor da al salón, dividido en zona de librerías y televisión. “Aquí, se diseñó la parte frontal de las mismas con una puerta corredera revestida con espejo envejecido para dejar escondida la televisión. Luego figura una zona de lectura en el frente de la chimenea”, explican. “Seguimos las líneas del hidráulico antiguo del suelo para diseñar los espacios. Se acordó que lo que era un despacho sería ahora la habitación principal con balcón hacia el patio y baño en suite. Y en ella se incorporó la cocina de la que era una de las viviendas como vestidor, abriendo tabiques”.

En la habitación principal encontramos otra de las chimeneas originales. Espejo del anticuario El Jueves y alfombra de yute de Tristán Domecq Casa. Mestizo provee la pareja de butacas italianas tapizadas en rizo y el grabado antiguo apoyado en el suelo. Rue Vintage 74 proporciona la mesita de hierro antigua. De Maison de Vacances es el plaid de lino mostaza. Y de Zara Home, la ropa de cama de lino blanco.
Al otro lado del pasillo, y como zona de paso a las habitaciones secundarias, es donde se encuentra actualmente la cocina y el comedor, espacio de reunión fundamental de la familia. Y, por cierto, una de las zonas favoritas de Blume Studio. En la casa en general se han utilizado molduras de PVC de Orac Decor para unir las dos viviendas desde el pasillo, haciendo un despiece con cuarterones, también de Orac Decor, en el amplio espacio de cocina y comedor. “Al ser tan grande el espacio, sacamos el aseo de cortesía que en un inicio estaba en una zona muy poco práctica de cara a la nueva distribución”, revelan.

Dormitorio principal con cabecero y mesita de hierro de Rue Vintage 74, y lámpara de pie Daphine Terra de Tommaso Cimini para Lumina, adquirida en Mestizo.
La arquitecta Paula Barcala de Blume Studio, quien firma este proyecto de la mano de su constructora Obria.

Tal espacio común da hoy a la zona más privada donde se hallan las habitaciones. Una muy amplia para invitados con baño en suite y balcones. Aparte de un despacho, la habitación de los niños y una pequeña con la caldera así como una zona de lavandería. En Blume Studio aseguran que este de Jorge Juan ha sido uno de sus proyectos más importantes. En gran parte, porque los clientes han confiado enormemente en el estudio y prueba de ello no solo es el resultado de la casa. También la relación de amistad que hoy Paula mantiene con los propietarios, incluso meses después de haber entregado este laborioso y cuidado proyecto de rehabilitación.