
Un gran cubo de roble recuperado alberga varios usos en esta vivienda de unos 70 m2.
A una altura intermedia del cubo, el escritorio que a los de Habitación 116 les sirve como mini despacho-oficina.


El dormitorio principal ocupa la parte superior del cubo de madera.
“En todos nuestros proyectos mezclamos diseño contemporáneo y piezas de anticuario, buscando coherencia con el entorno histórico y geográfico”, dice Claverie. De ahí nace una decoración con el sello inconfundible de Habitación 116, que destaca por sus líneas puras y sus conceptos contundentes. Ellos mismos tienen su propia colección de muebles, cuyo principio es preservar la artesanía mexicana experimentando y reinterpretando su legado cultural. Lava, su última serie, se presentó en Unno Gallery durante el Fuorisalone milanés de este 2022. “El cuidado en el diseño y manufactura de nuestros espacios y muebles son nuestra seña de identidad. Nos gusta pensar y producir de manera artesanal con materiales nobles de la más alta calidad”. Algo que, aunque aclaren, resulta más que evidente en su hacer.

La butaca Miguelito es uno de los diseños propios de Habitación 116.
Igual que la Miguelito, la butaca Criollo se construye a partir de piedra tallada por artesanos de Puebla, México.
