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Vídeo: Andrés Alcázar

VÍDEO. En busca de la ola: casa futurista en Madrid de Patricia Bustos

La interiorista Patricia Bustos ha llenado de curvas un piso burgués a las afueras de Madrid para vivirlo con su familia. La Casa Ola es inesperada, única, futurista. En ella nada es convencional, todo es diferente, y este vídeo bien lo refleja.

Es un edificio residencial con un soportal setentero, así que nada presagia lo que vamos a encontrar tras la puerta convencional de la nueva casa de Patricia Bustos en la urbanización madrileña de Mirasierra. Un pasillo forrado de policarbonato desemboca en un salón-comedor; una pared sinuosa lo separa de la cocina. Enfrente, un ventanal luce coqueto con sus lamas de cristal irisado como pompas de jabón. Ninguno de los muebles, llenos de curvas y entrados en carnes, resulta un viejo conocido. El color dominante es aquel del que la interiorista Patricia Bustos ha convertido en su sello: el rosa en todas sus declinaciones, del piel al salmón. Todo es poco convencional aunque no del tipo que agrede o provoca extrañeza, sino del que divierte. Y es que Bustos reconoce que proyectando su propia casa se lo ha pasado muy pero que muy bien. “Al principio pensé en algo más tradicional, pero acababa de visitar Torres Blancas por dentro, me enamoré de las curvas y quise retarme a ver si era capaz de incorporarlas a una caja como esta, no muy grande, y que resultasen funcionales para mi familia”, explica ella.

Casa Ola también debe su nombre y sus formas al amor de Patricia Bustos por el mar, adonde se escapa a surfear siempre que puede. “Por eso he usado un revestimiento de arena en las paredes y muchas transparencias que recuerdan a las del agua”, añade: “La entrada, por ejemplo, quiere representar el tubo de una ola”. La interiorista cuenta a su vez que, al tratarse de su propia casa, tomar decisiones ha sido mucho más difícil: “Quieres que sea la más bonita del mundo y tienes límite de presupuesto pero la creatividad disparada, ya que no hay un cliente que te ponga freno. He tardado un año en terminarla”. Mesas, asientos, lámparas, taburetes, apliques, sofás, todo es suyo y muy suyo, muy Bustos. Peluche, caña, gresite, formas de un futurismo amable y una escala de color de crema al magenta. “Este es mi laboratorio”, concluye: “He probado cosas que dependiendo del resultado puedo usar con mis clientes”. Ella está contenta consigo misma.