Vista exterior general de la casa. El módulo central de piedra de Santanyi se integra con el resto de fachadas de estuco de cal. En portada, en el nuevo salón de la ampliación, Moredesign realizó varios elementos de obra como el sofá infinito en ‘L’, la chimenea y los apliques. Después instaló vigas de pino balear y un suelo de terracota.
“Fue un proyecto cocido a fuego lento”, continúa. “La primera vez no llegué a un acuerdo con el cliente. Me encontré con una casa que constaba de dos volúmenes separados. Era oscura y los espacios nada generosos, el ala de invitados estaba aislada y tenía graves problemas de humedad. Básicamente tuve claro desde el principio que para que la casa funcionase bien teníamos que acometer un nuevo volumen entre los dos existentes como única vía posible. El cliente en principio no quería llevar a cabo semejante obra, nos despedimos, y al año siguiente me llamaron. Me dijeron que sus hijas cada vez amaban más Mallorca y que querían abordar el proyecto”.
Nueva personalidad
Mantuvieron el esqueleto pero cambiaron todo el resto. “Los acabados interiores eran muy básicos, las instalaciones obsoletas. Aun así el reto era mantener los dos módulos originales. Fue muy complejo a nivel administrativo, estábamos a caballo entre dos normativas diferentes que podían afectar al proyecto. La creatividad necesariamente tiene un aspecto legal, ser creativo legalmente es fundamental en la arquitectura”, sonríe Manuel. El nuevo cuerpo se posiciona justo en medio de los dos preexistentes y dialoga con la arquitectura heredada.
En la planta baja, en Moredesign colocaron la cocina, el salón y el comedor como un único espacio fluido actuando de bisagra entre las dos construcciones antiguas, que ahora se dedican principalmente a dormitorios. “Y como centro de gravedad de toda la vivienda situamos una maravillosa chimenea que casi funciona en 360 grados, visible desde los dos salones (el antiguo y el nuevo), desde el comedor y desde la cocina. Es el hogar, el núcleo de la familia”.
Fluidez muy bien equilibrada
Con su sello sencillo, natural y mediterráneo, instalaron vigas de pino balear en el techo, trabajaron las paredes con mortero de cal y optaron por suelos de terracota “pero pensamos mucho su colocación, como si fueran alfombras. Queríamos un espacio de líneas continuas. Por ejemplo, el mismo sofá de obra empieza en el salón, continúa hacia el comedor y va formando mesillas”. También de obra hicieron los apliques, la bañera, la chimenea, el banco de la entrada, etc., todo piezas que fabrican a mano y que forman parte de la estructura del edificio, simplificándolo aún más. “El muro principal de la vivienda original se ha perforado con aberturas de arco para facilitar un movimiento transversal”, dice Manuel sobre la fluidez que buscaron en su estudio.
Uno de los dormitorios dispone de mesitas y cama de obra con florones cerámicos para ventilación de Pere Coll en Pórtol. Silla y lámpara, en La Pecera, y apliques de lectura de Contain. Los mecanismos de interruptores y enchufes son también de Contain, serie More.
“Desde la chimenea surgen las líneas de la cúpula de aristas que crea el comedor, y que enlaza con el volumen de la cocina y del ala de invitados. La casa abraza de esta manera varias terrazas y patios, y mediante porches donde crecen las buganvillas se van generando espacios de recogimiento”. Predominan los colores cálidos. El blanco roto del mortero en paredes y la terracota en suelos junto a los verdes, por ejemplo en las ventanas metálicas de Secco, que se pintaron de un oliva para aportar ligereza. En el exterior, la piedra de Santanyi se integra con el estuco de cal de las otras fachadas, de color marfilado.
Escenario de ensueño
En cuanto al mobiliario, es en su mayoría de La Pecera, y mezcla elementos elegidos por el estudio con otros de los clientes. También hay piezas de madera de recuperación y de mercadillos como el de Consell. Rematan la atmósfera ultra serena y casi monocromática los textiles artesanales de Textiles Riera. Con sus materiales preferidos (piedra, cal, madera y barro, los más básicos), en Moredesign han conseguido un interior fresco, fluido y contemporáneo con aspectos clásicos y constructivamente tradicionales –lo que ellos bordan– donde soñar fuertemente con veranear.
El módulo nuevo en piedra de Santanyi y persianas mallorquinas de pino pintado. Suelos de hormigón pulido, a veces con detalles de piedra y bola de mar.
Al fondo, la cocina con cristaleras es también parte de la intervención que realizó Moredesign. “Acabamos de terminar intervenciones en el hotel La Residencia y Hotel Corazón, hemos completado varias viviendas, estamos expandiendo mucho la oficina en Ibiza y tenemos por delante algunos proyectos de agroturismo muy potentes”, avanza Manuel.