Comedor con mesa a medida en mármol rojo, sillas de los dueños, lámparas Uchiwa de Ingo Maurer y armario Soberana de escamas de madera de Cultivado em Casa. En portada, el salón con mesas de centro Out of line de Bieke Casteleyn, alfombra de Elena Caponi, en Maestri Store, y butacas Thonet H269 con tela de Dedar.
Segundo salón con armario con chinoiseries, mesa de centro y alfombra de la propietaria y sillón y puf Moel de Ligne Roset.
En el pasillo de entrada al salón, sobre la alfombra Nautilus de Atelier Février, mesa de mármol vintage de los 70, en 1stdibs, con cerámicas de Casa Alfafera. En la pared, obra del pintor dominicano Jorge Severino.
La casa de la que Desirée Casoni habla tiene, en total, 500 metros cuadrados con cuatro dormitorios y baño en suite, un gran espacio con dos salones, comedor y cocina comunicada, en un edificio con vistas al mar. Más idílico, imposible. “A mis clientes les gusta mucho el arte oriental, que combiné con toques del trópico urbano por su localización”. La arquitectura interior estaba en buenas condiciones, solo hubo que repensar los armarios y dos baños, el resto es la magia de Casoni.
Reconciliando extremos
En los salones y el comedor, Asia se engama con el Caribe apoyándose en el color y las proporciones. “Era clave mantener esa amplitud de los tres espacios, pero a su vez dar privacidad. Diseñé un biombo de madera y ratán para lograr una pared oxigenada. Me gustan los ambientes fluidos en la estructura y en la colocación de los muebles, hay que dejar aire entre los sólidos”.
En el salón, diván Seymour de Minotti, sofás curvos Julep de Jonas Wagell para Tacchini y mesa de centro 529 Rio de Charlotte Perriand editada por Cassina.
El comedor viene con papel Nicobar Bronze Sepia de Ananbo y silla estilo Arts & Crafts de los propietarios.
El amor por lo oriental tuvo un certero reflejo en los techos. “Me inspiré en los tatamis japoneses, que además de para sentarse y dormir, allí se usan para describir el tamaño de un espacio. Era interesante la calidez que transmitía esa geometría y sus materiales y la repliqué”. Piezas de los dueños como un armario con chinoiserie marcaron el tono, al que se sumaron inusuales diseños contemporáneos, como el sofá curvo Julep de Jonas Wagell o el cabinet brasileño Soberana de madera tallada en escamas de Cultivado em Casa que preside el comedor.
Dimensiones múltiples
“El color es una de las primeras cosas que decido. Aquí tuve presente In The Mood for Love, una de mis películas preferidas. Nunca había trabajado con rojo y lo apliqué de manera sutil”. Coral, carmesí y grana en alfombras, paredes y el mármol de la mesa del comedor, pero también dorados, beiges, verdes y negros que crean atmósferas de un refinado orientalismo. “En cada proyecto evoluciono como diseñadora. Esta casa tiene mucha profundidad en texturas y tonos, y me retó al estar fuera de mi alcance físico porque se terminó durante la pandemia”, concluye Desirée Casoni. “Me di cuenta de que hay que tener seguridad en la visión para poder ejecutar al pie de la letra”.