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Fotografía: Karel Balas
Interiorista: Dorothée Meilichzon

El renovado Hotel Montesol de los años 30 es la nueva joya del diseño en Ibiza

Dorothée Meilichzon ha llenado este casi centenario edificio de calma, color, texturas, iconografía mística y artesanía local para convertirlo en el nuevo Montesol Experimental.

Todo aquel que haya pasado por Ibiza en el último siglo ha sido visto ante los ojos del Gran Hotel Montesol. Con clientes de la talla de Carolina de Mónaco, Pink Floyd u Orson Welles, el histórico hotel fue de los primeros en abrir en la isla (lo hizo en 1933), y ahora vuelve a lucir como nuevo tras un atrevido rediseño para convertirse en el Montesol Experimental Hotel. El renovado edificio neocolonial respira un aire bohemio, calmado y local gracias a la intervención de la interiorista francesa Dorothée Meilichzon, que ha intentado crear una atmósfera cálida y acogedora perfecta tanto para el verano como para los tranquilos meses de invierno.

“Para mí, Ibiza significa color, alegría, tolerancia, mezcla, homenaje al sol, Ayurveda y un fuerte vínculo con Goa”. Dorothée Meilichzon

Vistas desde una de las habitaciones del hotel. El interiorismo está completamente diseñado por Dorothée Meilichzon, exceptuando algunas piezas de autor.

Mueble bar recubierto de azulejo, material con mucha importancia en el proyecto. A su lado, silla de Diego Faivre.

Desde que el Montesol forma parte de la cadena hotelera Experimental Group, esta no es la primera transformación que sufre. En 2021, el hotel ya reformó su bar y restaurante de la mano de la misma interiorista. Ahora, Meilichzon ha hecho de las habitaciones un paraíso balear donde contrastan colores y texturas, tonos fríos y calmados con materiales acogedores, respetando siempre la tradición y la historia ibicenca del hotel. “Hemos jugado con el lado bohemio de Ibiza, usando muchas telas, patrones, flecos y pompones. Hemos mezclado todo eso con madera clarita, alfombras coloridas y paredes llenas de textura”, explica Dorothée.

 

Artesanía nacional

En el interior del renovado hotel predomina la iconografía cósmica, desde lunas en las sillas, soles de bronce y colores como el gris celeste o verde pastel. Cuelgan de la pared expresivas y mediterráneas máscaras realizadas por Anna Alexandra, y roban la mirada unos coloridos taburetes de arcilla hechos a mano por Diego Faivre. Además, el azulejo es una característica que se repite en los espacios luciendo colores dignos de un paraíso como Ibiza. Por su parte, en las habitaciones la interiorista destaca el cabezal de las camas hecho a partir de una estructura de madera y muchas telas y patrones superpuestos que varían a lo largo del hotel.

Sillas diseñadas por Dorothée Meilichzon con iconografía lunar.

En la pared, máscaras de Anna Alexandra y, al frente, taburetes de Diego Faivre.

Uno de los dormitorios con el cabezal creado a base de madera y distintas telas.

“Para mí, Ibiza significa color, alegría, tolerancia, mezcla, homenaje al sol, Ayurveda y un fuerte vínculo con Goa”. Existe un puente en el diseño, en la iconografía y en los colores entre India e Ibiza. Por ejemplo, Dorothée ha combinado el amarillo protagonista del exterior con los principios ayuvérdicos: colores refrescantes y calmentes para contrastar con el calor del exterior. “Tonos solares en las zonas comunes, y lunares en las habitaciones como el blanco, azul, gris, verde claro y tonos pastel”. Pero, por otro lado, la isla ibicenca está muy presente en el restaurante con las conchas que evocan las cuevas de Ibiza. De hecho, el rincón favorito de Dorothée es justamente esa pequeña gruta llena de conchas que han elegido y colocado cuidadosamente una a una.

Gruta en el restaurante, con conchas colocadas a mano.

El Café Montesol, rediseñado en 2021, ya daba pistas sobre cómo iba a ser el nuevo Gran Hotel. Se puede decir que es una extensión del hotel, o en este caso, que el hotel es una extensión del bar donde también predominan el azul, la madera, las telas coloridas y, sobre todo, la calma. La cadena Experience Group es conocida por su interés por la restauración, con varios Cocktail Clubs por toda Europa o el club de playa Experimental Beach Club en la propia Ibiza. Esta vez no iba a ser menos, y el recorrido del hotel finaliza en un nuevo rooftop cocktail bar con vistas a Dalt Vila. 

Para el interior, trabajaron con artesanos y alfareros de las islas baleares.

Siguiendo la filosofía ayurvédica, habitación decorada con tonos lunares.

Uno de los baños, también diseñado y decorado por Dorothée Meilichzon.

Rico por fuera… y también por dentro

Finalmente, el contenedor de este proyecto es un icono de la isla. Uno de los primeros hoteles con una de las fachadas más reconocibles. Además, en sus balcones han sido tomadas las famosas fotos que Toni Riera ha hecho y repetido llenándolos de celebridades e ilustres personalidades. Dorothée Meilichzon ha decidido dejar el aire neocolonial en el exterior y crear una nueva atmósfera en su interior, pero el color amarillo tan característico del edificio se acaba colando entre sus paredes. Asimismo, el respeto al talento, la cultura y la historia local se evidencia al haber involucrado en el proyecto a alfareros de la isla, artesanos de Menorca y autores españoles como Ana Alexandra y Diego Faivre. Todo un regalo en forma de diseño para la isla.

Fachada del clásico Gran Hotel Montesol, ahora titulado Montesol Experience Hotel.