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Interiorismo: Andrés Gutiérrez

Ignacia Guest House, un lujoso ‘bed & breakfast’ en Ciudad de México obra de Andrés Gutiérrez

El interiorista está detrás de este renovado histórico complejo al que le ha enfundado color, optimismo y grandes dosis de diseño nacional. Sin duda, una joya en el corazón de colonia Roma, una de las zonas más dinámicas de la capital mexicana.

Alrededor de unos 40 años fueron los que Ignacia vivió en este edificio datado de 1913. Ella era la ama de llaves y, como se dedicó en cuerpo y alma a cuidar de sus habitantes, su nombre no podía faltar en el proyecto que ahora ocupa el complejo. Hoy es un bed & breakfast cuyos actuales dueños, hace ya 10 años, llamaron al interiorista Andrés Gutiérrez. Querían encargarle la reforma del edificio y que en él conservara al máximo su histórico legado. El proyecto original de Ignacia Guest House estaba conformado por un recibidor, una biblioteca, el comedor, la cocina y una master suite, ubicados en el edificio porfiriano, y cuatro habitaciones totalmente nuevas en el área del jardín, cada una con su balcón o terraza.

Ignacia Guest House se encuentra rodeada de arquitectura ecléctica (desde Art Nouveau al estilo neocolonial) y casonas afrancesadas como las que alojaron a la alta sociedad de la época de la Revolución (foto: Jaime Navarro). En portada, sala principal con artesanía mexicana, piezas de mobiliario por Andrés Gutiérrez y luminarias de David Pompa (foto: Leandro Bulzzano).

Este bed & breakfast dispone de una fachada afrancesada vestida por una jacaranda, un árbol característico que florea de color morado durante marzo. Foto: Jaime Navarro.

A principios de 2022, después de que los propietarios adquirieran el resto del inmueble, llamaron de nuevo a Andrés para invitarlo a concebir el proyecto de expansión, que aumentó su oferta con nuevas amenidades y cuatro habitaciones adicionales: dos suites como parte de la restauración de la casona original y dos nuevas situadas en la terraza de la misma, las cuales comparten un área al aire libre con chimeneas y un jacuzzi enmarcado por copas de árboles. “Lo más importante fue unificar ambas fases y llevar los mismos acabados de la casa uno a la dos”, explica el diseñador.

Coherencia ante todo

Sin embargo, más allá de replicar la piedra del suelo y el color rosado de los muros, el verdadero reto residió en conseguir la misma esencia y que los espacios se sintieran idénticos. “Pero haciendo notar al mismo tiempo, con delicadeza y amabilidad, que el diseño del área nueva fue concebido en esta década, una en el que ha cambiado”, según desgrana Andrés Gutiérrez, “la forma de viajar, de habitar un espacio, de valorar la vida, de apreciar la calma y la serenidad”.

En la sala del café se empleó el rosa y el negro, una genial dupla cromática para conseguir un ambiente armonioso que conduce al exterior gracias a las puertas de estilo francés. Foto: Leandro Bulzzano.

La artesanía nacional hecha de barro (vasijas, jarrones, figuras mexicanas o aztecas y fruteros) es uno de los elementos comunes en la propuesta de Andrés Gutiérrez. Foto: Leandro Bulzzano.

Gran parte de las piezas de mobiliario, como la consola y la mesa lateral Jaguarcito de este dormitorio, fueron hechas a la medida por Andrés Gutiérrez. Foto: Jaime Navarro.

La paleta de materiales que usó el interiorista para la ampliación varía dependiendo de su ubicación. Para los pisos de las áreas comunes empleó el granito negro, duela de madera de encino en las habitaciones, así como mármol y recinto volcánico en el interior de los baños. Las paredes de las áreas comunes y las molduras conservan el mismo tono rosado del proyecto original. “Donde más me divertí fue en la nueva terraza, pues utilicé una “vulgar” lengüeta de barro, de las que se usan traslapadas para los techos de las casas a dos aguas, pero la coloqué de forma vertical y con cierto ritmo para revestir todos los muros de esa área”, informa.

Adentro de este dormitorio se combina el color terracota con el rosa y el naranja melón, otorgándole elegancia y serenidad a su atmósfera. Foto: Fabián Martínez.

Para cada habitación se diseñó una paleta cromática en particular, cuya base e hilo conductor es la tonalidad naranja. Foto: Fabián Martínez.

Detalle del pequeño despacho del que disponen muchas de las habitaciones diseñadas por Andrés Gutiérrez. Foto: Fabián Martínez.

Así es una de las terrazas que contemplan los dormitorios de Ignacia Guest House. Foto: Fabián Martínez.

Vista de otra mini oficina de este bed & breakfast pensado para la generación Z y nómadas digitales. Foto: Fabián Martínez.

Infinidad de tonos

En el piso de la terraza se utilizó recinto volcánico poroso, que sube hacia una pileta formando la silueta de una pequeña pirámide mexicana con escalinatas, de acuerdo a Andrés Gutiérrez. “Es uno de mis guiños con sentido del humor característicos en mis espacios”. Sobre la gama cromática también habla. “Quienes me conocen sabrán que hacer paletas de color es una de mis cosas favoritas. Así que, para Ignacia, no sólo hice una, ¡sino 10!”. En concreto, una enfocado a las áreas públicas y las otras 9 de cara a cada una de las habitaciones.

“Sé que esto puede parecer una locura, pero lo hice con un cuidado exagerado para hacer convivir todas las combinaciones en perfecta armonía. Uno de los trucos fue usar el color naranja como hilo conductor de las estancias”, continúa el diseñador. “En algunos sitios es un tono mandarina, en otros más amarillo, y en ciertos puntos más terracota”. Además, a la hora de vestir los espacios él incluyó diseño contemporáneo nacional, con referencias que recuerdan a los documentos pictográficos prehispánicos de origen mexicano. Hoy, desde esferas a lengüetas, ronchas y perforaciones circulares se integran con sutileza a una arquitectura clásica, generando un diálogo entre un pasado tradicional, lo moderno y lo contemporáneo.

La terraza de Ignacia Guest House es el rincón predilecto de Andrés Gutiérrez. Foto: Fabián Martínez.

Los trazos del diseño de Andrés siguen la línea de la arquitectura de las culturas precolombinas. Como el uso de los ángulos, las alturas, las formas y las escalinatas, dando como resultado un tributo a las pirámides. Foto: Fabián Martínez.

Rienda suelta

Andrés Gutiérrez explica a su vez otro de los motivos por los cuales este proyecto destaca entre sus favoritos. “Si bien varios muebles son de mi autoría, también le encargué mobiliario a otros perfiles y conseguí piezas inéditas de diseño, artesanía y arte”. Fermín Espinosa, fundador de Factor Eficiencia, dirigió la obra, a la que se sumaron Federico Mascarell y Sebastián de los Ángeles como parte del equipo de diseño. El mobiliario fue comisionado a Ad Hoc, Los Patrones, Axoque Studio, Joyful Objects, Carlos Arroyo, Roberto Cruz, David Pompa y Francisco Landa, entre otros. Mientras que el arte se le encargó a Víctor Torres y el paisajismo, a Marcela Segovia con Panorama Arquitectura.

El reto más importante al que se enfrentó el interiorista durante el proceso de diseño de las nuevas áreas, tal y como apunta él, fue definitivamente la premura del tiempo. Debido a que el hotel no podía permanecer cerrado mucho tiempo, se trabajó la obra en tiempo récord. “Fueron semanas de mucho estrés y tensión, pero al final el resultado es increíble”. También porque desde Ignacia Guest House le dieron libertad absoluta, concluye. “Trataron de entender y sumergirse en mis referencias, confiaron en mi visión. ¡Y hasta aceptaron mis locuras!”.

Los muros de la terraza fueron revestidos con barro en forma de lengüetas para darle personalidad y textura al exterior. Foto: Fabián Martínez.

La zona al aire libre de este bed & breakfast dispone de una hermosa pileta en forma de mini templo sagrado mexicano, así como de unos contenedores de fuego que se usan como chimeneas, utilizando únicamente materiales provenientes de la tierra. Foto: Fabián Martínez.

Otra perspectiva de la terraza ideada por Andrés Gutiérrez. Foto: Fabián Martínez.