En el salón, sofá Groundpiece de Flexform y óleo de gran formato de Daniel Richter. La portada también contempla el salón con sofá Camaleonda de Mario Bellini para B&B Italia, butacas Sirocco Safari de Arne Norell años 60, alfombra artesanal de Soufiane Zarib y, al fondo, neón de Dan Flavin.
Otra vista del salón a dos alturas con cuadro de Richard Prince, sofá de obra con cojines de Maison de Vacances y lámpara de Cathrine Raben Davidsen.
Larga historia
Propietario y arquitecto se conocían desde hace tiempo. “Él es bien marchoso y tiene una gran familia. Quería un espacio que no fuera demasiado sobrio sino cómodo, divertido y con toques de color para abrirlo a sus amigos y conocidos”, aclara la interiorista Roberta Jurado, cofundadora del estudio ibicenco Box 3 con el que Romano firma la gran mayoría de sus obras. Aquí, ella es quien se ha encargado de lograr que sus 290 metros cuadrados se alejen de toda rigidez a base de despeinar la estructura geométrica con muebles de formas amables, humanos, que logran que el proyecto no parezca un museo.
Cosa que hubiera podido ocurrir porque, según Jurado, una de las premisas del cliente era incorporar su colección de arte, la cual incluye, entre muchísimas otras obras, una pintura al óleo del alemán Daniel Richter y un neón del estadounidense Dan Flavin. Dos piezas que en cualquier otro salón asustarían por su tamaño, pero que en el de Ca Na Vicenta encajan de forma orgánica debido a que su imponencia se ha rebajado con asientos vintage de iconos y un chill out al aire libre. “Los propietarios pensaban que jamás lo utilizarían y, fíjate, cada vez que voy los veo siempre en esa terraza”, defiende la interiorista.
La cocina dispone de una isla de roble antiguo y encimera de piedra de lava. El salpicadero junto a los fogones de La Cornue se ha alicatado con azulejos de New Terracotta.
Sucesión infinita de detalles precisos
De vez en cuando Jurado también se encuentra a los clientes en la cocina, abierta e ideada lo suficientemente amplia para acoger a la familia y su chef privado sin que nadie suponga un estorbo. ¿Y qué hay de la escalera escultórica? Trabajando con los constructores, Romano dio con el barcelonés Jordi Domènech, un maestro artesano especializado en bóvedas catalanas, claraboyas y techos decorativos que diseñó un formato de caracol inusual, digno de sentarse a contemplarlo en su propio rellano.
Su espiral lleva a la primera planta, donde figura el baño principal revestido enteramente de mármol Calacatta, que convive con el dormitorio principal, dotado además de otro baño propio y vestidor. De la misma manera en que el salón está abierto al exterior para rebajarle su carácter señorial, esta habitación cuenta con una terraza con vistas privilegiadas al Mediterráneo, a los huertos ecológicos de la parcela y a la labor de los paisajistas franceses y marroquíes de ID Paysages con las especies autóctonas. Un jardín de trepadoras cubre y hace desaparecer los tejados, tanto para reducir el impacto visual del proyecto como por otra cuestión con la que el arquitecto concluye, que es la de sustituir el efecto de un toldo por la sombra de una planta. Una alternativa mucho más fresca y ancestral. Y, para Romano, el máximo lujo al que una casa puede aspirar, en Ibiza o donde se tercie.
En el dormitorio principal (la casa cuenta con tres más dos en un anexo), sofá vintage, mesa de cerámica años 60 de Roger Capron y mesitas dorada vintage y de madera Dunes de Yabu Pushelberg para Tribú. El banco es de Phantom Hands, el kilim marroquí de Soufiane Zarib, el óleo de un anticuario, la cortina de lino de Yutes y, en la terraza, butaca outdoor de Gloster.
El vestidor del dormitorio principal ha sido proyectado a medida por Roberta Jurado de Box 3. Alfombra bereber de Soufiane Zarib.