Genuinamente intacta
Abajo, con salida a la piscina y al jardín trasero, ha quedado un enorme salón con un pequeño office pensado para recibir y un aseo. En la primera planta, una cocina funcional de Bulthaup -“tenía 25 años y estaba muy bien; nos hemos limitado a reacondicionarla”, dice Susana–, un salón con enormes ventanales y tres dormitorios, uno de ellos el principal, con baño incorporado. En otro nivel, el gran dormitorio abuhardillado de los niños, también con su propio baño, todo panelado de listones de madera en un patrón asimétrico que le imprime carácter y lo aleja de estereotipos infantiles, obra de Gorritxo y Calparsoro.
En el salón de arriba, al fondo, sofá de La Californie con almohadones bordados por Yolanda Andrés con el diseño de la cerámica que tiene el aparador de Guillerme et Chambron. Mesa de travertino de Paco Muñoz de los 80, en Lagur, con fuente de cerámica de Cazaux. Sillón Rodica de Mario Brunu de los 70 tapizado con lana bouclé de Dedar.
Comedor con mesa orgánica de roble diseño de Susana Beltrán, sillas Superleggera de Gio Ponti reeditadas por Cassina y lámparas estilo Stilnovo italianas de los 60, en El 8.
Aparador de Guillerme et Chambron años 60 con aplicaciones de cerámica de Vallauris. Encima, lámpara y cuencos de Vallauris y óleo Alpilles (1989) de Roger Mühl.
Junto a la biblioteca de madera, diseño de Gorritxo y Calparsoro, sillón de La Californie con lino de Pierre Frey, lámpara dorada Bumling, de Anders Pehrson en Reno Spain, y alfombra marroquí. En los estantes, cerámica de Francisco Gálvez, en Tiempos Modernos, y lamparillas de alabastro de Martín Ruiz de la Prada, en Ábbatte.
Susana y Elena Ayuso, su socia e hija, han embellecido la casa tras ponerle sentido común. Su tienda en el barrio de Salamanca de Madrid, La Californie, ha sido la cantera natural de donde han salido muchos de los muebles con una perfecta procedencia entendida en ambos sentidos. Porque el estilo que trabajan, fresco y elevado pero relajado, encajaba como un guante. Y por proximidad geográfica, pues ellas suelen comprar la mayor parte en el sur de Francia. De ahí viene el aparador de Guillerme et Chambron, por ejemplo, o la cerámica de Vallauris. Aunque también han recurrido a colegas anticuarios madrileños que siempre tienen piezas impecables: Máximo de El Ocho, Marita Segovia o Tiempos Modernos.
Cocina modelo B1 de Bulthaup Claudio Coello, con mesa plegable inglesa de los dueños, silla Baumann y cerámicas calabresas del XIX, todo en La Californie.
El salón de abajo dispone de óleo 12 Façades de Roger Mühl, aplique 238/1 de Gino Sarfatti para Astep y mesita de Jacques Adnet, en La Californie, con cristales sirios del XIV y jarra de cerámica de Vallauris de Picasso.
Baño revestido con lavabos a medida de mármol portugués, en el que se ha mantenido la reforma de principios del XXI. Silla de Roger Landault años 50.
Sofá de La Californie con lino de Pierre Frey, mesa con sobre de mármol Marquina, en Berenis, butaca Kangaroo de Pierre Jeanneret en Dimo Chair, mesita art déco y lámparas italianas midcentury con pantallas de La Californie y alfombra de KP.
Maestra con olfato y visión
El punto contemporáneo lo ponen los diseños de Susana producidos a medida, como los sofás o la mesa del comedor. “Me pidieron que fuese especial, orgánica, y pudiera comer muchísima gente en ella”. Los propietarios se han implicado en todo el proceso. “Me daban ideas, les buscaba lo que pedían y han sabido comprar acertadamente”, opina Beltrán. Aunque desde el principio tuvo en la cabeza que todo debía tener un aire marinero afrancesado.
“Siempre parto de un mueble y, a partir de ahí, sale el hilo conductor del resto. Vamos decorando poco a poco y por capas, buscando una mezcla que resulte moderna aunque tenga elementos como la mesa de refectorio, que encaja muy bien al ser lineal y de madera oscura”. Al estar cada pieza remirada, rebuscada y consensuada, para La Californie decorar esta casa ha sido un proceso lento, como un buen guiso. Le han dedicado amor, atención y muchas horas de cocción. A pesar de ello, Beltrán insiste: “Yo no he hecho nada en la casa”. Y, tras esa frase poco cierta, sigue explicando los pormenores de los muebles que continúa persiguiendo y de las nuevas capas que tiene pensado añadir. Habrá que visitar esta vivienda, de nuevo, dentro de pocos meses.
El dormitorio infantil mantiene el panelado de Gorritxo y Calparsoro. Literas de Haiku con ropa de cama de Ábbatte, mesita años 50, en La Californie, lámpara Cesta de Santa & Cole y sofá a medida replicando uno de adulto a pequeña escala.