Terra se vertebra por unos separadores con estanterías, en las que se exhiben piezas de cerámica y alfarería, así como por divisores con plantas aromáticas que, junto con los expositores de alimentos, crean un espacio sensorial. En portada, entrada al hotel a diez minutos del centro de Palma, entre los acantilados y Puerto Portals.
El catalán prosigue. “Lo que propusimos nosotros era conectar el espacio no solo con la gastronomía, sino con el paisaje natural, a partir de las texturas, la materialidad y la paleta cromática. Y, sobre todo, dramatizar tanto en el interior como en el exterior ese ambiente mediterráneo y cálido”. En este concepto, la artesanía de Terra no sólo tiene cabida sino que se convierte en todo un símbolo que homenajea la cultura mallorquina. “El uso de materiales artesanales como la fibra natural, las maderas macizas, el barro cocido, la cerámica… es clave en el proyecto”.
Una auténtica experiencia mediterránea
Dice Rosa-Violán que tanto él como su equipo se han esforzado al máximo en lo local. “Queríamos que casi todos los materiales y proveedores empleados en el diseño del restaurante fuesen mallorquines, próximos a la isla o que tuvieran alguna implicación con la misma. Además, casi todas las obras que decoran el espacio son creaciones de talentosos artistas mallorquines que ponen de manifiesto este espíritu de apostar por lo de la zona”.
Por otro lado, Terra se ubica en una planta baja, algo que el diseñador ha aprovechado para crear una sensación inmersiva para el cliente. “Hemos querido considerarlo como una casa, una possessió mallorquina que albergaban en espacios similares las antiguas cocinas”. Cierto aire de ‘mercado’ también está presente con expositores pensados para el producto, por supuesto también local. “La materia prima que aparece expuesta en el restaurante es protagonista como cualquiera de los otros elementos que hay”, señala el autor. “El objetivo es que el cliente se sumerja, a través de sus sentidos, en una experiencia que pone en valor la riqueza de Mallorca y sus increíbles cualidades como la naturalidad, la calma y la frescura”.
Completamente al unísono
En cuanto a la paleta cromática, el verde oliva domina el conjunto, expresando toda su esencia mediterránea. “Hemos tratado de usar un verde oliva muy relajado, que llega a veces casi al dorado, combinado con el azafrán, los cremas y mostazas de la piedra de Marés, y otros tonos más crudos y beiges”, explica. “Todo está dirigido para llevarnos a ese punto terroso de la isla”. Mientras, los materiales y tejidos empleados en el mobiliario de Terra dan continuidad a este hilo narrativo. “Las telas coloridas y frescas, como el hilo y el Ikat, tan presente en la isla, canalizan la naturalidad y la sofisticación, hallando un verdadero equilibrio con los valores de la marca St. Regis y el interiorismo del Resort”.
La iluminación contribuye también a potenciar la elegancia y amabilidad del espacio y es, como siempre, otro de los puntos fuertes del estudio de Rosa-Violán. “En este caso, se ha introducido mucha iluminación indirecta, también zonas retroiluminadas. Adentro hay unas lámparas de artesanos venecianos gigantescas que aportan un toque casi años 50, y una iluminación muy escenográfica en la zona de exposición”.
Una terraza que se comunica con el interior
El espacio de Terra no tiene techos muy altos, pero se consigue una verticalidad y una mayor sensación de amplitud gracias a su extensión hacia la terraza, directamente vinculada al jardín del hotel. “El haber ampliado la terraza y el extender los estándares del interior a ese espacio al aire libre ha sobredimensionado el proyecto. Al final, la terraza no es solo un apéndice del restaurante”, comenta el diseñador. En este espacio exterior se ha trasladado el mismo concepto de familiaridad, de homenajear lo local y crear un diálogo con la propia cultura de la isla.
“Además de hacer referencias a lo histórico (el contexto) para que el sitio ofrezca información y detalles del lugar en el que se está comiendo, buscamos también el elemento disruptivo, ofrecer algo diferente y, por otro lado, lo simpático. Es decir, que las cosas sean fáciles y no forzadas, que sea desenfadado y acogedor”, culmina Rosa-Violán, definiendo sus criterios a la hora de abordar los diferentes proyectos desde su estudio, fundado hace ya más de 15 años.
No es la primera vez que Rosa-Violán realiza un proyecto en el hotel St. Regis Mardavall. En 2022 diseñó la zona del bar, la cual también cuenta con un espacio al aire libre.
* Todas las imágenes son cortesía del hotel St. Regis Mardavall Mallorca Resort.