Un oasis insonoro
Alfredo explica que una de las premisas de Nacho era que la gente se pudiese olvidar de sus problemas y llamadas pendientes y que su sentido del gusto, de la vista y del oído se centrasen en el plato. Hazard Studio logra esa magia de transportar al comensal a otro lugar anulando algunos sentidos y estimulando otros.
El mobiliario, de diseño propio, aísla el espacio de cualquier ruido exterior que interfiera en la ceremonia de la comida. Por ejemplo, las sillas y taburetes con relleno y tapizados en una textura rizada blanca y los pétalos de las paredes funcionan como aislantes acústicos. “Incluso el suelo es una moqueta con la que no se oye el paso del camarero. El primer sonido que percibes después de escuchar la comida de la cocina es el “click” que produce el plato al posarse en la mesa. Hemos desvestido las mesas de manteles para que el ritual sonoro sea más poético aún”, detalla Alfredo.
Sin distracciones
Para Hazard Studio, el mayor reto era el de llevar al comensal a una especie de introspección, crear un vacío en la mente que lo aislara del mundanal ruido exterior. “La elección del blanco es una voluntad, como la del pintor que empieza a escribir una nueva poesía. Esta caja blanca o no-color hace que el comensal traiga el oído, la vista y el gusto a lo que está pasando en el plato”, aclara Alfredo. Incluso la iluminación juega un papel protagonista en la creación de un ambiente al servicio de la comida. NM cuenta con 4 menús anuales distintos, y por ejemplo, si el menú gira en torno a la carne, la iluminación toma un clima rojizo que acompaña al plato.
Este diseño es un gran modelo de la importancia del interiorismo en un proyecto de hostelería. Alfredo lo explica de manera excelente con un ejemplo: “Hace 15 o 20 años, a veces no se entendía el valor del interiorista. Si ibas a un bar en España, solías encontrarte con 4 mesas de madera rectas, sin ninguna ergonomía en el respaldo, y mientras pasaba el tiempo la gente hablaba cada vez más alto acabando la noche a todo volumen. Nadie había pensado en que los vasos hacen ruido, en que al beber un par de copas hace subir el tono de voz… En NM era muy importante crear un momento de tranquilidad para que el disfrute esté ahí”. Gran parte del trabajo de Hazard Studio en este espacio ha sido intentar que la gente se olvide del diseño. “El reto está en no ser el protagonista, y dejar que brille el plato que tienes enfrente”.