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Fotografía: Rubén Ortiz
Interiorismo: Pablo Peyra Studio

Pablo Peyra está detrás de una casa muy ‘british’ en lo más alto de Barcelona

El clasicismo absoluto es el estilo que impera a lo largo y ancho de esta descomunal vivienda. Una reflexión que cualquiera puede sacar hasta que llega al refugio que se esconde en su parte más baja, la gran sorpresa que nadie espera en una construcción en plena capital catalana.

De los tres estudios a los que una familia de Barcelona contactó, el despacho elegido fue finalmente el de Pablo Peyra. Su equipo sería el responsable de darle vida a una casa de tres plantas en la zona alta de la Ciudad Condal, en una obra que ha durado lo suyo. “Nos contactaron hace unos dos años y la última piedra, por decirlo de algún modo, la colocamos hace dos días”. Quien lo recuerda es el fundador de este estudio, detallando a la vez el privilegio que supuso para ellos trabajar en una vivienda del XX ya de por sí con una carga decorativa sustancial. “Tenía una cocina llena de molduras y armarios antiguos”, añade el autor. “La casa era muy bonita y elegante, y por eso los clientes no querían cambiar casi nada. Tan solo buscaban un lavado de cara”.

Entrada a la vivienda que ha diseñado Pablo Peyra en Barcelona. Tiene 475 metros cuadrados y su jardín, 247. En portada, el salón con todos los muebles y accesorios diseñados ad hoc, excepto las butacas blancas La Pipe de Friends & Founders.

Vista del salón durante la última fase de la decoración.

Lo que pasó entre medias fue que las opciones y alternativas fueron surgiendo poco a poco. Y, aunque la familia ya había avisado de que prefería tonos claros, no le importó adaptarse a la línea de Pablo Peyra que, según él, se mueve bastante en las gamas cromáticas oscuras. “Es lo que hicimos únicamente en la parte del sótano”. Allí instalaron una bodega de latón junto a un salón presidido por una enorme claraboya y una chimenea colgante, de la mano de un antiguo almacén que reconvirtieron en un baño alicatado enteramente en verde esmeralda.

Contrastes muy en armonía

“Sorprende entrar en una vivienda así que es muy blanquita, con una entrada a la inglesa, moqueta cálida, parqué y molduras por todas partes. Porque luego bajas por una escalera diminuta de 50 centímetros, con una altura de casi cinco metros y una barandilla de hierro muy angosta, y de repente”, avanza el interiorista, “te encuentras con un sótano completamente negro, suelos de Versalles y piezas gigantescas. Desde luego, nadie se espera dar con un refugio de esa tipología bajo tierra, excepto aquellos que reparen en los mínimos detalles y hayan observado antes lo que figura ahora en la cocina. No es nada convencional: se trata nada más ni menos que de un monobloque de acero inoxidable para la zona de trabajo, muy al estilo de las cocinas industriales que abundan en los restaurantes.

Así es la sala familiar, repleta de tonos oscuros y con una claraboya en el techo, de la que dispone esta casa catalana en su planta menos uno.

Acceso a la bodega del sótano.

En la parte baja de la vivienda se han imitado, aunque esta vez en madera, las molduras clásicas existentes en los pisos uno y dos.

Detalle de la bodega con sutiles retroiluminados.

Un pequeño rincón de lectura, muy en la línea de los clubes ingleses, se adhiere a este sótano concebido por Pablo Peyra Studio.

Vista del aseo alicatado en azulejos verdes junto a la bodega.

El interiorista ríe. “De no querer cambiar la cocina, el cliente de repente pasó a venir un día y… ¡boom! Nos propuso este mueble”. Lo que desde el estudio hicieron fue diseñar el resto de la estancia en base al monobloque, contrarrestándole su frialdad con un armario enorme hecho de madera noble, que era el material que originalmente más abundaba en esta cocina con mucha pátina, subraya Pablo Peyra: “Venía con una combinación de varias puertas antiguas”. Mucha de la madera que ya existía también en la planta principal de la casa se conservó, al igual que la del piso de arriba, el dedicado a los dormitorios, con la diferencia de que aquí sí se intervino en la distribución y la tabiquería.

El monobloque de acero inoxidable, de la firma italiana Abimis, se conjuga con suelos y muebles de madera.

Armarios confeccionados a medida y una lámpara chandelier completan el contraste en la cocina.

Hecho a la gran medida

“Fue la única parte en la que tocamos estructura interna. Todas las suites las modificamos, así como las habitaciones de los niños. La idea era ampliar cada una de estas zonas”, cuenta el autor. Trabajaron también en las piezas de mobiliario, diseñadas casi al 100% ad hoc. “Excepto las dos butacas blancas del salón, las cuales seleccionaron los clientes, todo lo creamos desde cero. Incluso las lámparas de araña que se ven en las fotos”. También suyos son los apliques art déco distribuidos equilibradamente en las estancias, las mesas que imitan las típicas de finales del XIX o los esculturales armarios, por ejemplo, que se ven forrados de exquisitas telas orientales en el vestidor del dormitorio principal.

La conclusión tras la reforma, al menos de quien perciba las imágenes del después, es que el cliente acertó contactando al estudio de Pablo Peyra. A él lo conocieron por una recomendación, y les encajó su trabajo tras ver el que había firmado en la Cerdanya, muy cerca de Andorra y de Puigcerdà, que había teñido como si fuera un refugio de montaña junto a una pista de esquí en los Alpes. Por supuesto, en él abundaban los mismos tonos oscurísimos que hoy imperan en el sótano de la vivienda barcelonesa, un espacio que, aunque al principio generó sus dudas, hoy es clave en la casa. “Los dueños la utilizan mucho porque les gustó el resultado”, concluye el interiorista. “Y, de hecho, les gustó tanto que ahora andamos reformando la casa de unos familiares suyos”.

Dormitorio con banco también confeccionado por el despacho del interiorista.

De cara a otorgarle un mayor carácter señorial, en el baño del dormitorio de matrimonio se han embellecido los suelos, creando en ellos una especie de alfombra mediante azulejos hidráulicos, para que vayan al unísono con las molduras de las paredes.

En el vestidor, el estudio de Pablo Peyra ideó unas cortinas de un tono similar al de la tela oriental que reviste los armarios.

Perspectiva del jardín de esta vivienda a cargo de Pablo Peyra.

Junto a la piscina destaca un bar exterior que, de acuerdo al autor, es uno de los espacios al que mayor provecho le sacan los propietarios.