La vivienda es una planta baja, estrecha y larga, que cruza todo el edificio desde la fachada exterior hasta el patio interior. Además, estas son las dos únicas fuentes de luz natural con las que cuenta la casa, cosa que Auba Studio ha sabido aprovechar al máximo. “Inicialmente, el local tenía la zona del patio totalmente cubierta, por lo que eliminamos el tejado para volver a generar un patio trasero al aire libre. Asimismo, decidimos que las fachadas que contenían el apartamento fueran completamente vidriadas de arriba abajo, y de medianera a medianera”, explica Santiago Martín-Borregón, arquitecto de la obra.
Un bajo luminoso
El diseño de la casa permite que la corriente de luz cruce el espacio de punta a punta, casi sin barreras arquitectónicas. Gracias a la nueva distribución, la iluminación del patio interior fluye hasta la entrada principal. Aquí, el estudio se ha encontrado con el reto de suavizar el contraste tan directo entre la vivienda y la calle, dando con una ingeniosa solución de lamas de acero. Inspirado por el trabajo del estudio CRU de Barcelona, estas lamas han sido la solución ideal por su capacidad de ventilar y aportar luz e intimidad. Además, se ha diseñado un batiport ideal para hacer de la transición entre la calle y la vivienda un cambio más sutil.
El eje de abeto
“En el interior, la distribución se genera mediante un mueble lineal de madera que se coloca perpendicularmente al patio, de tal forma que permita el flujo de luz entre patio y fachada, a la vez que divide la vivienda en dos zonas: las de día y las de noche”, explica el estudio. Todas las intervenciones se han realizado en madera de abeto para destacar los nuevos cambios y aportar calidez al hogar. A un lado del mueble lineal se encuentra un salón-comedor-cocina, con una isla de acero inoxidable, y al otro, la zona de habitaciones: una principal con baño incorporado y otra auxiliar. Los baños las separan entre sí.
A un lado del mueble divisor de espacio, la cocina-comedor-salón con mueble isla de acero inoxidable.
Mueble de madera de abeto que divide la vivienda, colocado perpendicularmente al patio para permitir que la luz cruce toda la casa.
Un acto de serendipia
La naturaleza es uno de los pilares fundamentales de esta reforma. Al abeto, al blanco, al acero inoxidable y al cristal del interior se le suma una fuente de vida natural tanto en el batiport como en el patio. Y, justo en esta zona exterior, se crea un paisaje gracias a una larga jardinera con un banco corrido visible desde cualquier punto de la casa. Quizás lo más especial de este lugar sea la huella del alicatado que cubre toda la pared del patio como guiño a su pasado comercial. Santiago cuenta que esta medida fue totalmente casual. “El actual patio ocupaba el espacio de la antigua cocina de la panadería, y estaba alicatado en su totalidad. Al eliminarlo, de un día a otro nos encontramos la huella que habían dejado esas baldosas, que inmediatamente nos cautivó”.
Sin duda alguna, esta reforma es hija directa de su tiempo y un gran ejemplo de cómo el interiorismo puede mejorar la vida de sus inquilinos siguiendo, en este caso, tres simples conceptos: la iluminación, la intimidad y el paisaje. El proyecto se parece a una fórmula matemática por su genialidad a la hora de resolver estas tres incógnitas. Cualquiera se atrevería a decir que, si se le dejara a una IA dar con una solución para esta casa, no andaría lejos de lo ideado por el equipo de Auba Estudio.