
En la pizzería Valiente, el formato poligonal del local contrasta con las curvas de sus arcos y mobiliario.
Entrada al restaurante, acompañada de una gran terraza a lo largo de su fachada frontal.


El local dispone de muchos elementos vistos, entre ellos el lavadero ubicado justo antes de las mesas para comer y cenar.
“Se trata de un pequeño local con una forma poligonal, la cual aprovechamos para generar una dinámica en donde todo girara alrededor de esta planta tan inusual dentro de la arquitectura clásica”, añaden desde Cruz de la Pava. Y, de hecho, al ser en su gran mayoría un espacio abierto, para el estudio todo debía estar en un orden funcional dentro de la composición arquitectónica planteada. “En la pizzería Valiente quisimos salirnos de ese acartonamiento de las dinámicas tradicionales que siguen los restaurantes respecto a los objetos de diseño”, defienden.

En el proyecto no son los muebles los que definen el espacio, sino que cada pieza se amolda a la estructura atípica de la pizzería Valiente.
La barra del local viene acompañada con alistonados en nogal (el material estrella del restaurante) así como con paredes revestidas de papel aterciopelado.


Entre los elementos vistos de la pizzería Valiente sobresale la mesa en la que se preparan las pizzas y la estantería destinada a vajillas y materias primas.
Una tensión constante entre extremos
De ahí por tanto que elementos como el lavamanos, la mesa para amasar la pizza y el pan, al igual que la estantería de ingredientes, se encuentren al descubierto. Y también por eso que esta funcionalidad familiar, de carácter algo relajada, contraste drásticamente con los toques glamurosos que aporta el uso de materiales. Desde los espejos en bronce, el mobiliario curvo o los enchapes alistonados en madera de nogal. Hasta el papel de colgadura aterciopelado y el recubrimiento arenoso de las paredes. Aunque tal eclecticismo, que fluctúa entre lo austero y lo excéntrico, no es algo puntual de la pizzería Valiente. Se trata más bien de un sello característico del estudio, el cual se repite en muchos de sus proyectos.
“Creemos que hay que interactuar con el espacio y sus objetos. Y eso es exactamente lo que ocurre”, considera Cruz. Otro ejemplo de la conexión se ve en el baño, que es mixto, amplio y generoso. Porque, en su esencia, está pensado precisamente para que cumpla algo más que su función básica. La clave es que aspire al disfrute. Un enfoque también aplicable al diseño circular y curvo que caracteriza la propuesta de interiores del local al completo. Y reflejado en columnas, mesas, sillas y espejos pero, sobre todo, en la circulación abierta de la totalidad del lugar, según sus autores. “Buscamos romper con la rigidez del volumen que alberga el restaurante”.

En el baño se conjugan todos los elementos principales del restaurante, desde la madera en nogal, las luminarias art déco y los papeles pintados en las paredes, junto con apliques de mármol.
Otra perspectiva del amplio espacio del que dispone el baño de la pizzería Valiente.

Referencias variadas, vocación global
Al hablar del resultado final de la pizzería Valiente, guiños infinitos (aunque muy poco evidentes) pueden contemplarse. Como la interpretación palpable de la experiencia que deja el viajar por el país de las pizzas. Recorrer la Casa Milá y la Pedrera de Gaudí en Barcelona. O el habitar de forma recurrente la ciudad colombiana de Ibagué. El estudio concluye con que el local les ha retado a romper sus propios paradigmas. A cambiar de perspectiva. Y de la mano de un cliente dispuesto a experimentar lo que puede ser, en palabras de los arquitectos, una nueva forma de degustar un clásico de la gastronomía italiana.

La terraza del local también se acompaña del factor curvo en sillas, mesas y lámparas.
El espejo en bronce, por supuesto circular, está presente tanto en el hall del baño como en sus amplios interiores.
