Una ventaja insólita
Cuentan los autores que ahora el apartamento, tras su trabajo, cumple con lo propuesto, que era que cada estancia tuviera su propia iluminación natural. Algo impensable hoy en día en una gran ciudad. “Pero lo conseguimos. Desde la cocina y el salón hasta la zona de noche, todos los espacios cuentan con ventanas”, informan. “Y es más, las de la habitación de matrimonio son enormes, y la del baño parece casi de dormitorio”. Según los arquitectos, hubo que resolver la reforma a distancia, con unos clientes que se encuentran a miles de kilómetros y en una franja horaria distinta. Pero en el estudio están más que habituados, y les gusta. “Trabajamos con muchos clientes que no residen de forma habitual en España, así que es nuestro objetivo. La idea es que puedan seguir la reforma desde la distancia con total tranquilidad”.
El comedor viene vestido con sillas Cesca de DomésticoShop, mesa de los dueños y vasijas negras y peana blanca, todo de Tristán Domecq Casa. Las obras de las paredes son de Jesús Pedraglio (izq.) y Mariella Agois (dcha.).
En este caso, lo que más hubo que mostrar fue el cambio quizá más notable en la retícula de la casa. En Bao Proyectos le plantearon a la pareja abrir la cocina al comedor y que ésta fuera la estancia que recibiera a los invitados nada más acceder a la vivienda. De cara a los materiales, optaron por madera de roble colocada en punta Hungría a la española –“en espiga pero con el corte”, subrayan- y piedra caliza en los baños. “A nosotros nos gusta muchísimo trabajar con materiales naturales”, continúan, “igual que siempre hacemos una triada de tonos blancos, madera y luego pequeños toques de color”.
Similar a las galerías de arte convencionales
Aquí se ve. Sobre un contenedor neutro, a modo de lienzo recién estrenado, añadieron los suelos, también una amplia selección de alfombras de Zigler y, con respecto al mobiliario per se, mucha pieza de Charlotte Perriand editada hoy por Cassina. Los propietarios, amantes del arte, escogieron las obras de los artistas peruanos por los que sentían especial admiración. “En el despacho nos encajó su selección, y con el proyecto planteado todo cuadraba”, detallan. “Al crear ese contenedor blanco, el objetivo era que todos los lienzos y fotografías de las paredes cogieran presencia y fuerza”.
El dormitorio principal aparece con cabecero de lino de Pepe Peñalver, igual que la colcha, plaid de Alhambra y cojines de Llamative. Junto a la cama, mesita Plinth de Norm Architects para Menu. Silla LC7 de Charlotte Perriand en DomésticoShop, lámpara Tolomeo y, sobre el estante, litografía de Christo y Jeanne-Claude en IKB 191.
Los arquitectos de Bao Proyectos, Pilar Barroso y Miguel Brieva, retratados en la zona de lectura de este piso en el distrito madrileño de Chamberí.
Lo cierto es que las obras de arte tenían bastante fácil lo de ganar en protagonismo. En el comedor, colgada figura una pieza de Jesús Pedraglio Belmont construida en base a hilos ultra coloridos, contigua a una fotografía de Mariella Agois en tonos rojizos. Aunque, quizá, el mayor contraste lo genera la imagen de gran formato sobre el sofá del salón, de Claudia Garrido, retratando el reflejo del agua en colores salmón. El resultado gustó a los propietarios, tal y como afirman en Bao Proyectos, “porque tiene nuestra firma”. ¿Y en qué consiste? “Solemos proponer una base clásica, pero siempre personalizada en los detalles de la vivienda, teniendo muy en cuenta los gustos y las necesidades de cada cliente”.