Pensando en el largo plazo
Lo del país latinoamericano no es una referencia al tuntún. La familia de propietarios, una pareja con tres hijos, estuvo unos cuantos años viviendo en Brasilia. Y de ahí el guiño, claro, con un diseño de baldosas que en Febrero Studio han elegido para varias estancias, inspirado en las típicas fachadas de la ciudad brasileña. Algo que, además, se potencia con los pocos elementos ornamentales en la vivienda, recuerdos de la estancia de los clientes en el país latinoamericano. Aunque, originalmente, las peticiones de la familia fueron totalmente funcionales. Ellos tan solo exigían tres habitaciones más el dormitorio principal, que se pudieran adaptar con el tiempo.
Lo detalla Díaz. “Decidimos crear un dormitorio para los tres niños, una gran sala de juegos que se pueda dividir a futuro, y un despacho”. La otra petición fue crear una cocina abierta y comunicada con la zona de estar. Lo cual se resolvió con el gran módulo de madera. Una estancia en la que los arquitectos han apostado por romper con los colores neutros presentes en toda la vivienda, planteando así una gran isla monolítica en tonos verdes. “Hemos introducido un punto diferenciador a través de la campana y esa pieza central para la que, por cierto, hemos usado superficies Fenix”, apunta él.

El suelo hidráulico brinda color al hall y a la sala de juegos. Dos zonas separadas por una puerta corredera, ambas con butacas Krokus de Lennart Bender para Ulferts AB, en Rue Vintage.
La isla monolítica en la cocina, revestida con Fenix, rompe con los colores neutros de todo el diseño aportando un toque fresco con su tono verde.


En un rincón de la cocina, en Febrero Studio han creado este pequeño comedor junto a la ventana. Viene con persianas venecianas metálicas, un banco de madera fijo a pared (para ganar espacio) y sillas vintage.
Desde el milímetro
Lo interesante de esta pieza central, cuyo protagonismo estético se potencia con dos líneas rojas en el suelo hidráulico, es la gran capacidad de dar solución en casi todas las estancias. “Pasa de ser el nicho del sofá, que contiene también las librerías y los radiadores, a contener un armario que da servicio al dormitorio”, asegura el arquitecto. Resuelve también otra zona de instalaciones de climatización y calefacción. Reviste, por otro lado, los pilares de la casa creando aperturas a la cocina donde se convierte en parte de una despensa. Contiene puertas correderas e, incluso, el lavabo del baño principal.

En el dormitorio de matrimonio, el módulo de madera se transforma en un armario y oculta los sistemas de climatización.
Uno de los lavabos también está integrado en el gran módulo central que recorre la vivienda.


Baño del dormitorio principal, revestido casi al completo por el roble protagonista de la casa.
Según Febrero Studio, el gran desafío de la pieza fue encajarlo todo al milímetro en ella. “Ha sido un gran trabajo de precisión”, añade Díaz. Y viendo ahora el resultado, sin duda lo suyo ha sido un reto más que conseguido, al que se le ha concedido el protagonismo del interiorismo en clave racionalista. Pocos muebles figuran adentro y, los mínimos que hay, son de líneas sencillas otorgándole a la vivienda un estilo fresco. Y sin grandes formalidades estéticas. “Es una casa sincera y honesta”, concluye el arquitecto, “con un diseño totalmente ad hoc para esta familia”.

El módulo de roble, delineado por dos líneas rojas marcadas por el pavimento hidráulico, oculta los radiadores y da acceso a la cocina, donde también pasa a formar parte de una despensa.

La cocina queda abierta al comedor y salón. Es lo que también le pidieron los propietarios a Febrero Studio antes de la reforma.
En el aseo también se ha utilizado un pavimento hidráulico con el mismo diseño del que hay en el hall y en la sala de juegos.
